Miles de activistas de decenas de países se encuentran en Belém, Amazonia brasileña, donde hoy comienza el Foro Social Mundial, el primero desde que se desató la crisis económica mundial, tema que junto al medio ambiente será uno de los ejes de discusión.
"Es esta la crisis del siglo, opino yo que peor a la de 1929, por tanto este Foro no puede estar ajeno a ella. Ella será el gran telón de fondo pero no el único tema de este encuentro que también es el primero realizado en la Amazonia", declaró a ANSA el intelectual español Ignacio Ramonet.
Desde la semana pasada se realizaron varias conferencias paralelas en el marco del Foro, considerado el mayor de la izquierda y el progresismo mundiales.
"Todavía no terminó de llegar toda la gente pero hay más de 80.000 inscriptos y por lo que estamos viendo el miércoles o jueves, cuando llegan los más demorados, aquí va a haber más de 100.000 participantes, quien sabe si no lleguemos a 120.000" comentó a ANSA Leandro Uchoa, que participa del Foro de Medios Libres.
"Antiglobales", "altermundistas", son algunos neologismos con que presentan los militantes brasileños, norteamericanos, franceses y argentinos que en los últimos días arribaron a esta capital de 1,5 millones de habitantes, que se jacta de ser la "Puerta de la Amazonia", la más lluviosa de Brasil y una de las que cuenta con mayor número de población indígena.
Diversidad y heterogeneidad son las marcas distintivas de esta reunión y eso ya se reflejó en el mosaico de actividades desde la semana pasada en los foros paralelos (religión, educación, comunicación, salud) antes de la apertura formal que se realizaba hoy con una marcha entre el puerto de Belém y algunas de las calles principales de la ciudad.
Entre las 2.400 actividades previstas hasta el domingo, día de cierre, se cuentan desde una reunión de mujeres indígenas sobre medicina tradicional hasta un acto, el jueves, en el que participarán cinco presidentes suramericanos.
Se trata del anfitrión, Luiz Lula da Silva; y sus colegas de Boliva, Evo Morales, Ecuador, Rafael Correa, Paraguay, Fernando Lugo, y Venezuela, Hugo Chávez.
Pero además sigue abierta la posibilidad de que se sumen los mandatarios de Costa Rica, Oscar Arias, y de Suriname, Ronald Venetiaan.
Más allá de los apodos escogidos por sus adherentes, entre los cuales hay posiciones políticas muy variadas, lo que da lugar a fricciones internas, el Foro exhibe al menos una bandera común: luchar contra el neoliberalismo global, según reza su carta de principios aprobada en 2001.
La declaración de principios elaborada en el primer Foro, realizado en Porto Alegre, partió de la base de que esta "cumbre rebelde" es una alternativa al Foro Económico de Davos, afirma Chico Whitaker, uno de los pioneros del movimiento en Brasil.
"Este año Davos se realiza en un ambiente de derrota, los que se reúnen allá son los que el mundo identifica como culpables de esta situación, y nosotros hoy tenemos más motivos para decir que otro mundo es posible", opinó.
Esta será la primera reunión contra la globalización bajo el modelo neoliberal realizada en "nuestra tierra, la Amazonia", resalta el dirigente indígena Otaviano Guilherme, de la etnia Ticuna.
Unos 3.000 representantes de comunidades indígenas de todo el mundo, entre ellos 1.000 de Brasil, llegaron a Belém para ser "protagonistas" de la reunión porque "nosotros somos los verdaderos guardianes de la Amazonia y debemos ser respetados", señala Gilherme.
Gulherme comparte con Paulo Adario, director de Greenpeace, que la Amazonia "está amenazada por las grandes hidroeléctricas, la devastación de la floresta por agricultores y madereros y la indiferencia del gobierno ante estos problemas".
La delegación de Greenpeace arribó a Belém la semana pasada a bordo del navío "Arctick Surise", con el que realiza una travesía por varias ciudades selváticas bajo la consigna "la hora de salvar el planeta es ahora". |
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