La contaminación de los ríos Amarillo, Caleras, Grande y Puyango, que recorren el centro y el sureste de El Oro, persiste.
Las principales fuentes contaminantes son los desechos de las actividades mineras y la basura domiciliaria. El río Puyango es posiblemente el más afectado, al recoger las aguas de los tributarios Amarillo y Caleras, afluentes que atraviesan las zonas mineras de los cantones Portovelo y Zaruma, en el altiplano.
La Organización Internacional de Energía Atómica realiza desde 2003 un monitoreo del recurso hídrico en la cuenca del Puyango Tumbes, ubicada entre Ecuador y Perú.
Este estudio, que tiene el respaldo del Proyecto Binacional Puyango Tumbes, implica una serie de análisis de los niveles de metales pesados y otros contaminantes en las aguas del río Puyango y sus tributarios Amarillo y Caleras. Las muestras son tomadas de estaciones de monitoreo ubicadas en los ríos.
El último muestreo se hizo en julio de 2008. Los resultados revelaron que las concentraciones de arsénico en dos estaciones (en los ríos Caleras y Amarillo); y de plomo en cuatro estaciones (río Amarillo y quebrada Arcapamba), superaban el límite máximo de las normas de calidad ambiental ecuatorianas.
Un año antes, en 2007, a través de los mismos monitoreos ya se determinaron las fuentes contaminantes. Se trata de 22 zonas de contaminación minera, seis vertientes de aguas residuales de origen doméstico y dos botaderos de residuos sólidos.
“Una de las causas de la contaminación es la explotación minera irracional, que afecta al caudal y al suelo de los ríos”, afirma Franklin Guañuna, ingeniero geólogo. Guañuna, también máster en Ciencias Ambientales, explica que uno de los metales contaminantes más nocivo es el mercurio, muy utilizado aún en la minería. “El mercurio es la causa de deformaciones a nivel de los genes. Si su presencia en el agua persiste, las próximas generaciones recibirán los efectos”.
El cantón minero Portovelo es identificado como la fuente de mayor contaminación. Allí, en el sitio El Pache, se concentran las plantas de procesamiento de los minerales auríferos. En el lugar se asientan 104 plantas de procesamiento o molinos. Solo 15 de ellos, los más grandes, procesan 1 100 toneladas diarias de minerales. Todos esos desechos tóxicos, llamados relaves, van directo al río Amarillo.
El año pasado, la Dirección de Minas de El Oro estableció que 60 de esas plantas carecían de estudios de impacto ambiental. Para remediar el problema, los ministerios del Ambiente y de Minas emprendieron un estudio para trasladar esos desechos mineros a un sector donde la contaminación sea mínima. Ese sitio está temporalmente ubicado en El Tablón, también en Portovelo.
En cuanto a la contaminación con desechos sólidos, Ambiente dio este mes un primer paso para reducir el impacto. La semana pasada sancionó económicamente a los alcaldes de Zaruma y Portovelo, por contaminar con desechos domiciliarios al río Amarillo, en el punto de confluencia con el río Grande, a su vez tributario del Puyango. Además, esos dos cabildos deben empezar esta semana tareas de remediación en esos afluentes.
“La contaminación data de muchos años atrás. Desde hace cuatro años venimos buscando una solución, un sitio para un relleno”, se excusó el alcalde de Zaruma, Fabián Romero. Su Municipio, y los de Portovelo, Atahualpa y Piñas empezaron a buscar, desde la semana pasada, un lugar temporal para alojar los desechos urbanos. Tan solo Portovelo y Zaruma arrojaban al día unas siete toneladas de basura directamente al río Amarillo.
Esto llamó la atención de Fundación Natura. “Las consecuencias de la contaminación con desechos es grave. Se contamina la flora y la fauna. Afecta también, directa e indirectamente, el uso del agua para los cultivos y para el uso de las comunidades”, indica Javier Bustamante, director.
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