Las precipitaciones producidas en las últimas horas cambiaron el ánimo de los productores, aunque son conscientes de que los milímetros caídos no son suficientes para paliar la sequía que azota a la región. Recuperar las reservas de humedad será muy engorroso, sobre todo si las lluvias siguen siendo de tan poca intensidad.
En este sentido, desde la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, la responsables del proyecto Siber, Gladis Eguía, informó sobre las lluvias caídas en la provincia, a las que describió como “de verano”, ya que son heterogéneas y no caen en la misma cantidad en cada departamento. Renglón seguido, ejemplificó: “En María Grande llovió en la mitad del pueblo, y una calle separa el lugar con humedad y el lugar sin humedad”.
En tanto, en Colón llovió en todo el departamento un promedio de 14 milímetros, pero en Villa Elisa precipitaron 16 milímetros y en Ubajay 25; “hubo lugares donde no llovió y en Arroyo Barú cayeron nuevo milímetros”, agregó.
“En Diamante prácticamente no llovió nada, 4,2 milímetros fue el promedio”, graficó.
IMPACTO Y PÉRDIDAS. Asimismo, la profesional anticipó los resultados del informe que presentarán hoy, donde señalan que “el 10 por ciento de maíz que quedaba ya no está”, que “el sorgo, que es otro de los cultivos rústicos, está destruido” y que “lo más alarmante es la soja”, entre otros resultados.
Es “una campaña sumamente complicada”, añadió, ya que “hace largo tiempo que a un metro de suelo de profundidad no hay nada de agua, por lo que no es fácil de recuperar toda esa reserva que se perdió”.
Como consecuencia de ello, desde el organismo, conjuntamente con especialistas del INTA, hicieron una evaluación sobre las pérdidas de los cultivos.
“El 10 % de maíz que quedaba ya no está”, sentenció la titular del proyecto, añadiendo que “el girasol es el cultivo que la viene peleado porque es, dentro de toda la gran sequía que hubo, es más rústico. No obstante esto, se está esperando una baja sustancial en el rendimiento”.
Al mismo tiempo, “el sorgo, que es otro de los cultivos rústicos, está destruido; el 55 por ciento no sirve y el otro 45 están esperando el rendimiento de tres mil kilos si esto se compone”, agregó.
Sin embargo, “lo más alarmante es la soja porque se dejó de sembrar casi 200 mil hectáreas, por la seca se perdieron 100 mil hectáreas y hasta el martes se llevaba perdido, aproximadamente, un 70 % de lo implantado”, especificó.
“Lo perdido no es que desapareció el cultivo, sino que va a dar un rendimiento que el productor va a tener que pensar mucho si le conviene cosechar o no. Estamos hablando de 500, 600 o 700 kilos por hectárea”.
EXPECTATIVAS. En otro orden, “el arroz está muy complicado”. En la zona de represas hay un 40 % de superficie que se perdió, porque la represa transpiró tanto que no tiene agua para regar y, en la zona de pozos, si bien las napas han bajado notoriamente el problema pasa porque es tal el trabajo que hacen los motores y las bombas que se rompen.
Por todo esto, “todos los gastos que hicieron los productores lo han perdido, además que han sido financiados por cooperativas o por acopios que, como el productor no tiene con qué pagar no van a cobrar y eso complica toda la cadena de pagos”, le aseguró a APF. Además, advirtió que hay casi cuatro millones de toneladas que no se van a transportar “por lo que el sector transportista también está afectado”, añadió.
“Ojalá lloviera y ese 30 % de soja se recuperara, así el productor podría sacar algo, aunque sea para cambiarle el ánimo y para pagar algunas deudas”.
Ahora, llega el inicio de la cosecha fina, que es la siembra de trigo y lino. “Tenemos dos cosas durante ese período: recuperar las reservas de agua en el perfil, que hasta la semana pasada no era muy halagüeño el informe a largo plazo, y que los productores consigan dinero para poder implantar el trigo”, consignó finalmente.
Precipitaciones dispares
El gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, afirmó que la lluvia registrada en la provincia mejoró “un poco” la grave situación de sequía por la que atraviesa, aunque advirtió que hay pérdidas en las cosechas de maíz, girasol y soja.
“Estamos un poco mejor porque ha llovido”, dijo el gobernador en declaraciones radiales, y describió que la lluvia “ha sido dispar, se necesita lluvia sostenida y no menos de 100 milímetros, los chaparrones ayudan muy poco”, indicó.
En el mismo sentido, lamentó que por la sequía “hemos perdido más del 90 % de lo que es maíz, y en muchos lugares soja y girasol”, y agregó que la falta de agua también afectó a “la actividad lechera y ganadera”.
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