Pasó de medir 1,02 metro el 5 de este mes a 1,88 según datos aportados por la Junta Municipal de Defensa Civil. La suba del Paraná permitió que las lanchas pudieran volver al agua, al igual que los veleros que tienen hasta un metro de calado (distancia que existe entre la línea de navegación que separa la parte sumergida de la que no lo está). El agua alegró a cientos de navegantes que este verano tuvieron que quedarse en tierra.
Según una medición diaria que realizó Defensa Civil, el primero de diciembre el río tenía una altura de 3,50 metros y desde entonces comenzó a descender hasta el 5 de enero. Desde ese día la pendiente fue irregular. El 9 de enero llegó a 1,27 metro y cinco días más tarde descendió a 1,11 metro. De allí repuntó a 1,73 el 20; y tres días después bajó a 1,55. Desde allí siguió creciendo y llegó a la altura máxima.
Los pronósticos meteorológicos indican más lluvias. Una buena noticia no sólo para el campo y los agobiados por el calor, sino también para los que llevan "el Paraná en la sangre", quienes volverán a practicar su deporte preferido: navegar.
En tierra.
Las más de 2.000 embarcaciones que yacían en tierra por la drástica bajante del Paraná ya están volviendo al agua. No sucede lo mismo con los veleros. Por la altura del río, sólo pueden zarpar los que no superan el metro de calado .
Un claro ejemplo son las embarcaciones que están instaladas en el cauce del arroyo Ludueña. Hace dos semanas estaban asentadas sobre la tierra y ahora ya pueden navegar. Juan Pablo, que guarda allí su velero, todavía no lo pudo sacar porque el calado de su embarcación es de 1,60 metro. Necesita que el río crezca unos 30 centímetros más para volver a timonear su embarcación.
En la guardería Parque, que depende del Ente Turístico de Rosario (Etur), señalaron que "desde el sábado pasado la actividad recobró su normalidad" (allí no hay veleros).
Por su parte, en la guardería del club Ministerio de Obras Públicas ya permiten zarpar a las embarcaciones más pequeñas. Si sigue la lluvia y sube cinco centímetros más el nivel del río, entonces podrían salir los veleros. Por el momento sólo pueden partir aquellos que tienen un metro de calado.
En las guarderías M & M y el Yacht Club Rosario están trabajando igual que en Obras Públicas. Si sigue la suba, quienes habían planeado unas vacaciones sobre un velero posiblemente lo podrán hacer.
Alegría
La crecida del río no sólo alegra a los navegantes sino también a los bañistas amantes del Paraná. Es que la pronunciada bajante había dejado al descubierto los caños de desagües pluvio-cloacales en la zona de la Rambla Catalunya con el consiguiente riesgo, un problema que empieza a solucionarse.
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