El gobernador, ante el comentario de diario El Día que “el divorcio entre la política y las pretensiones de la Asamblea Ambiental terminaría en una puja que pone en vilo la paz social”, respondió: “De ninguna manera. La paz social no está puesta en juego. Tanto la actitud de nuestro gobierno como la mía han sido siempre de diálogo, prudencia y racionalidad. Esperamos que sea así también la de los asambleístas. Juntos, podemos construir un nuevo enfoque positivo para Gualeguaychú, para la provincia y para el país. Queremos ayudar a la Asamblea en una lucha que sentimos propia, pero pretendemos que se usen mecanismos alternativos al corte de un puente internacional. Sólo en eso radican las diferencias”.
Sobre el olor emanado por Botnia días atrás, comentó: “Es gravísimo lo del olor. Estamos indignados, y por eso inmediatamente hemos tomado una actitud frente a este tema, con las medidas que están a nuestro alcance, las de protección de la salud y las diplomáticas. Pero acá no está en discusión si Botnia contamina o no contamina. Lo que está en cuestión es si es lógico tomar medidas que, finalmente, sólo nos perjudican a nosotros y a nuestros hermanos uruguayos, mientras Botnia hace lo que quiere”.
Por otro lado, sobre las declaraciones de algunos funcionarios y noticias aparecidas en medios de prensa, Urribarri aclaró: “Se mezclan dos cosas que son bien diferentes: la lucha ambiental, a la que adherimos todos, y a la cual yo mismo quiero liderar, y el corte del puente. Queremos convencer a la asamblea de una realidad: el pueblo entrerriano, el argentino y el gobierno los valora y los apoya, pero no convalidan el corte. Gualeguaychú tiene una oportunidad única de transformarse en la vanguardia de la lucha por la defensa del medio ambiente en la Argentina. Pero no lo será con un bloqueo”.
“Yo, sinceramente, no creo que haya en el país alguien pensando en esos términos”, afirmó, ante la consulta de que existía una estrategia que incluía la idea de instalar con fuerza que Botnia es impoluta y los gualeguaychuenses unos rebeldes sin causa.
Además, “preguntas como ésa sugieren que el gobierno nacional, o el provincial, quisieran atacar a Gualeguaychú. No hay que olvidar que el gobierno nacional y el gobierno provincial están defendiendo a Gualeguaychú en La Haya”, añadió.
Y afirmó: “Acá no hay ninguna ofensiva. Dimos nuestro parecer. No apoyamos los cortes. Y yo, en particular, creo que el tema de contaminación o no contaminación es un tema reservado a los expertos. No es suficiente mi opinión. Como lo he dicho, esto es un tema que está en manos de la Cancillería y de los organismos técnicos, como no puede ser de otra manera en un país serio. Esto, lógicamente, no es lo que algunos quisieran escuchar, pero sin dudas es lo que corresponde al gobierno. Ponerse al frente de un reclamo no es escandalizar o andar haciendo demagogia. Es hacer diligentemente lo que corresponde”.
A su vez, el titular del Ejecutivo opinó: “Como dijo el flamante presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, el mundo cambia y todos debemos cambiar. No hay una operación descrédito. Es la ciudadanía la que quiere que se reinvente la forma de luchar por sus intereses. Juntos, los asambleístas, el gobierno, los ciudadanos entrerrianos, tomemos la bandera y hagamos que el país esté orgulloso de nosotros”.
“No hay ninguna propaganda: la gente, en la Argentina y en Entre Ríos, desea que el corte se levante, porque es perjudicial para la región. Y los medios nacionales tomaron eso como un tema central en estos días”, agregó.
Volviendo al tema del olor, expresó: “Es un hecho indignante, que ojalá no sea grave para la salud. Y la comunidad de Gualeguaychú ha hecho muy bien en expresar su bronca. Creo que será un antecedente valioso para la causa en La Haya, porque tanto la empresa como Uruguay prácticamente descartaban que pudieran sentirse en Gualeguaychú olores nauseabundos”.
“El olor fue real –continuó-, y la irritación en ojos y nariz de muchas personas, también. Yo, en verdad, desearía que estas emanaciones no hayan perjudicado gravemente a nadie y, al mismo tiempo, deseo que hayan sido técnicamente relevadas de manera adecuada para constituir debida prueba de contaminación”.
Asimismo, “la verificación de que Botnia contamina no debe alegrar a nadie. Es una mala noticia. Porque es algo malo para la salud. Es más, quizás debamos estar listos para tomar otro tipo de prevenciones. Eso lo dirán los técnicos, y nosotros actuaremos en consecuencia”.
“De todas maneras a mi me toca guiar el futuro, más que el pasado. Estoy concentrado en generar una actitud positiva para encontrar una salida al asunto y en ayudar a recuperar la eficacia en la lucha contra Botnia y su contaminación”, aseguró.
Mas adelante, advirtió: “No hay que confundir el enemigo. El gobierno y el gobernador estamos comprometidos con hechos y con recursos en la lucha ambiental; cumplimos un rol específico en el asunto y ahora estamos proponiendo nuevos y mejores instrumentos para fortalecer el reclamo reemplazando métodos que han perdido su significación y su prestigio. Reitero: estamos ofreciendo un programa de acciones para mantener un reclamo nacional e internacional vigoroso, planificado y sostenido en el tiempo”.
Y opinó: “Acá hay un problema que es de la ciudad de Gualeguaychú que, habiendo tenido antes y teniendo actualmente intendentes excelentes, delegó la representación de la ciudad en el tema ambiental en una organización que toma decisiones de manera extraña. Pero, la verdad, es que se termina en una situación en donde pocas personas toman decisiones que afectan a miles de ciudadanos argentinos y entrerrianos. Y esos ciudadanos tienen también todo el derecho de expresarse. Para eso existe la democracia”.
• La propuesta del gobernador
Sobre las medidas de acción, Urribarri reflexionó: “Es que ése es el principal miedo de los asambleístas: malograr un esfuerzo, y que el levantamiento del corte sea visto como una retirada. Y son miedos muy comprensibles. Precisamente, yo quiero garantizar que el reclamo por Botnia se va a mantener firme y más vigoroso que ahora, porque vamos a utilizar herramientas que ahora no usamos”.
Por eso, propone que: “organicemos festivales que se transmitan por radio y TV a todo el país; hagamos un programa de TV regular y coloquémoslo en todos los canales nacionales e internacionales al alcance, y en los nuevos canales que ofrece Internet y que hoy son vistos por millones de personas en todo el mundo; elevemos la preocupación y hagamos presentaciones a foros específicos de parlamentarios y personalidades europeas y mundiales; creemos una simbología propia de esta lucha y trabajemos para que cada vecino, en todo el país, se identifique con ella y que la cuelgue en todos los frentes de las casas y, así, todas aquellas acciones públicas, permitidas en el marco de la ley y de la racionalidad, que podamos acordar”.
“Para eso es que mi gobierno multiplicó por veinte el presupuesto de la Secretaría de Medio Ambiente y estamos listos para trabajar junto con los ambientalistas y los vecinos”, añadió.
A su vez, destacó que “siempre les he reconocido (a la Asamblea) y les he dado públicamente las gracias por su aporte a la causa ambiental en la Argentina. El asunto es bastante simple: estoy de acuerdo con la causa, no estoy de acuerdo con las formas. Busquemos juntos una salida”, concluyó.
• La reflexión final
En el cierre de sus declaraciones, el gobernador Urribarri dijo: “Quisiera que la comunidad de Gualeguaychú reflexionara sobre lo imperioso que es el refuerzo de las acciones públicas para mantener el interés de la comunidad nacional e internacional en el perjuicio que representa Botnia para el área. Y que el gobierno ofrece herramientas positivas para ello. Herramientas mucho más eficaces y modernas que un corte de ruta”.
Y finalizó: “Y que reflexionen también para que Gualeguaychú ayude a recuperar el futuro de la región. Sé que están muy enojados. Más ahora con los olores. Pero deben superar ese enojo y tratar de ver un futuro, no sólo de lucha ambiental sino de más trabajo para sus hijos. El del Uruguay debe ser un corredor de desarrollo armónico, integrado, en paz. La región de mayor progreso saludable de América latina. Ése es el verdadero desafío”.
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