Al igual que otros tamberos de "Colonia 33 Orientales", Daniela Rodríguez tiene el pozo contaminado con coliformes fecales. La sequía extendió el problema a toda Florida y a la zona Norte de San José, dijo el gerente de Conaprole, Enrique Malcuori.
Daniela y su marido son los encargados de un tambo de 145 hectáreas ubicado casi en el corazón de la "Colonia 33 Orientales" (Florida), situada a unos 15 kilómetros de la ciudad canaria de San Ramón.
"Al pozo le echamos una pastilla de cloro para purificarlo. La mayoría de los tamberos de la colonia están clorando sus pozos porque están contaminados. Luego el agua se puede consumir o lavar los tambos sin problemas", dijo Daniela a El País.
Al cruzar la ciudad de San Ramón, el pavimento de la ruta 6 desmejora sensiblemente. Quince minutos más tarde, un cartel al costado de la ruta indica el ingreso a la "Colonia 33 Orientales", compuesta por tamberos que se afincaron en el lugar hace casi 30 años tras un acuerdo de arrendamiento con el Instituto Nacional de Colonización.
A la colonia se ingresa por un camino vecinal en forma de herradura que comienza y termina en la ruta 6. Al costado de ese camino, se suceden los tambos cuya superficie oscila entre 100 y 200 hectáreas. En función del tamaño del predio, se observan casas y galpones más cuidados y modernos.
Varios tamberos de la zona tienen sus pozos semisurgentes al costado del tambo. Ello provoca que los desperdicios generados por la producción del establecimiento se filtren a través de la napa freática y terminen en el pozo.
El tambo de Néstor Celano enfrenta este problema. Su pozo se encuentra a pocos metros del tambo. El miércoles 28, el tambero limpió ese pozo tras comprobar que el otro -ubicado más lejos del tambo- apenas producía unos pocos litros de agua al día. "Ese pozo está contaminado. Es que el orín y el abono se va filtrando hacia la napa", reconoció Celano.
Además de ese problema, el tambero enfrenta un desfinanciamiento atroz de su sistema de producción. Antes de la sequía remitía a Conaprole unos 2.200 litros diarios y ahora envía apenas 600.
Su vecino, Gonzalo Imbert también reconoció que varios predios de "la colonia" tienen los pozos contaminados, inclusive al suyo, por estar ubicado cerca del desagüe del tambo.
Una situación similar relató Mirta Peña, propietaria de uno de los tambos más grandes del lugar. "Está complicado. La contaminación debe ser un problema zonal. Los tambos están cerca de los pozos", advirtió.
Daniela Rodríguez también señaló que otros predios de la "Colonia 33 Orientales" también tienen problemas de contaminación en el agua.
Recordó que meses atrás, cuando la escuela de la zona se quedó sin agua, una arrendataria que vive cerca del centro educativo le dijo que no podía suministrar agua al mismo porque los resultados de laboratorios concluyeron en su pozo había coliformes fecales.
Malcuori, gerente de Conaprole, dijo que la contaminación "se ha agravado" por la reducción del flujo de agua generada por la sequía. "Ha habido rajaduras de la tierra, sumado a la permeabilidad del suelo, y cualquier fuente de contaminación que fluye hacia abajo llega a la napa freática", afirmó.
MONITOREO. Según Malcuori, Conaprole tiene un sistema de venta de cloradores -a través de la firma Prolesa que se encarga de vender insumos para la lechería- para mejorar la potabilidad de los pozos de los tambos.
Consultado acerca de si Conaprole contaba con información acerca de la situación de los tamberos de la "Colonia 33 Orientales", el gerente señaló que la firma monitoreó en varias oportunidades el estado de los pozos de esa zona floridense. "Las condiciones actuales son atípicas. Afectan con mayor incidencia a los pozos por la falta de flujo de los acuíferos", expresó.
Malcuori coincidió con los tamberos acerca de que la contaminación surge por la cercanía de los desagües de los tambos con los pozos. "No es algo correcto que los pozos estén cerca de donde viven las personas y del tambo", señaló.
También advirtió que muchos de los pozos de los tamberos "están mal construidos", porque los sistemas de sellados de las perforaciones no son construidas con hormigón y, por ende, permiten la filtración de elementos contaminantes provenientes de la superficie.
Además, a ese problema se le suma que muchos tamberos no tienen cercados sus pozos, lo cual permite que el ganado los contamine rápidamente con sus deshechos.
A juicio del gerente de Conaprole, cauces de ríos y arroyos que están cortados "también se están contaminado. El ganado va a tomar agua, bostea , el agua no corre y se concentran nutrientes que pudren el elemento. Luego aparecen algas y vegetación. Hay una altísima contaminación de fuentes de agua por la seca que antes no existía", dijo.
Hasta en el río San José "se encuentra lagunones que están contaminándose. En el Sur del país se dan dos problemas: la falta de agua y la contaminación de aguas superficiales y subterráneas", manifestó.
El acuífero de Florida no es cerrado. Las fuentes de agua coinciden con puntos de ruptura de la roca superficial. Y estos son permeables a diferencia de los acuíferos Guaraní y Raigón, afirmó el gerente de Conaprole.
"Los resultados de los exámenes nos están dando que toda la zona que está sobre roca cristalina tienen mayor riesgo de contaminación de sus pozos por la sequía. Se trata de Florida y el Norte de San José", expresó.
La única solución que tienen los tamberos es clorar sus pozos, dijo. "Estos -agregó- no poseen otras fuentes alternativas de agua".
La cifra
25% Es el nivel de producción de muchos tambos de la cuenca lechera respecto a su nivel normal antes de la sequía.
Ayer cerró un tambo en Colonia 33 Orientales
El tambero José Clavijo de la "Colonia 33 Orientales" abandonó ayer su tambo al quedarse sin agua y sin forraje para su ganado.
Clavijo prestó sus 65 vacas holando a un vecino. "Hemos plantado de todo y no nació nada", dijo al tambero a El País. Hace cuatro meses, antes de la sequía, Clavijo pagó US$ 11.000 por 11 vacas. Ahora cada holando suya vale apenas US$ 80.
FM Conquistador de Treinta y Tres informó ayer que la productora María Soca amenazó con cargar hasta la sede del Ministerio de Ganadería a su ganado agonizante si no hay medidas urgentes del gobierno.
Por su parte, el intendente de Flores Armando Castaingdebat dijo que el gobierno debía subsidiar el pago de la contribución rural de los tamberos afectados por la sequía y la langosta.
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