Es esta, según explicó el gerente operativo de la concesionaria, José Luis Bonifacio, la tarea con la cual se prueba si los trabajos -técnicamente denominados by-pass-tuvieron el resultado esperado y, en consecuencia, la red está en condiciones de ser nuevamente habilitada. Esto significa, además, el fin de la etapa de la emergencia sanitaria en la ciudad, dispuesta por el intendente Sergio Leavy el martes de la semana pasada.
Bonifacio explicó que ayer se terminó de sellar el último tramo y el empalme con la cañería de mayor diámetro, con lo cual "ingresamos en la etapa final de las pruebas y podemos volver a poner en servicio todo el sistema", que afectó directamente a unas 7 mil familias e indirectamente a toda la ciudad. Primero, los puntos críticos eran cinco, pero a medida que avanzaron las inspecciones, los técnicos de ASSA determinaron que los puntos que necesitaban reparación eran ocho, comentó Bonifacio.
Las excavaciones debieron hacerse con extrema precaución puesto que se hicieron por debajo del gasoducto de TGN y del poliducto Campo Durán-Montecristo, de Refinor.
Mientras se realizaron las reparaciones, los líquidos fueron desviados al río Tartagal, a lo largo de 3 kilómetros.
La colectora cloacal que colapsó el sábado 17 fue construida hace aproximadamente 12 años por la empresa MEI Obras y Servicios, contratada por la entonces AGAS.
Tiene una extensión total de 2.400 metros y 600 milímetros de hormigón que, según los técnicos, es lo que sufrió la acción del sulfato producido por los gases de los desechos cloacales y colapsó. |
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