En nuestra región y en muchos lugares del mundo se están produciendo incendios con mayor frecuencia y peligrosidad. Según geólogos y meteorólogos, en un planeta afectado directamente por los grandes cambios climáticos, como consecuencia de la acentuación del efecto invernadero, se producirá un progresivo aumento de los llamados eventos extremos.
Es decir, inundaciones por un lado y sequías por otro y, de acuerdo a los pronósticos de los científicos, las diferencias entre las estaciones secas y las húmedas será mucho mayor. Las estaciones húmedas harán que la vegetación disponga de agua en abundancia para crecer más y en forma más rápida. Si la vegetación crece en abundancia significa que va a existir más combustible natural para la producción de posibles fuegos en la estación seca.
Sin embargo en las estaciones secas estos eventos extremos harán que el agua se evapore más rápido desde el suelo de bosques, montes y cultivos, donde probablemente mucha vegetación moriría por falta de agua. Por lo tanto la consecuencia final sería una gran cantidad de vegetación seca, situación que favorecería la aparición del fuego.
Los silvicultores suelen distinguir entre tres tipos de incendios forestales: los fuegos de suelo que queman la capa de humus del suelo del bosque, pero no arden de forma apreciable sobre la superficie; los fuegos de superficie que queman el sotobosque y los residuos superficiales, y los fuegos de corona que avanzan por las copas de árboles y arbustos. Además, no es infrecuente que se produzcan dos o tres tipos de fuegos al mismo tiempo aumentando su poder devastador.
Los incendios en algunos casos, son parte natural de ciertos ciclos de crecimiento (como es el caso de los pinos); pero según el IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático) entidad que ha realizado y realiza permanentemente investigaciones sobre este fenómeno, ha hecho una larga lista de lugares donde la frecuencia de incendios será mucho mayor; la consecuencia directa de este aumento en la cantidad de incendios será: el cambio en la estructura y la composición de los bosques, el cambio en los usos del suelo y además las emisiones atmosféricas.
El cambio climático representa desde ya un factor importante en la aparición de incendios forestales, pero lamentablemente gran parte de los mismos son de origen antropogénico, es decir causados por el hombre (el ser más depredador de la Tierra).
Cuando todos los factores coinciden, la gravedad de la situación estriba en que los incendios en general son muy difíciles de extinguir y además avanzan destrozando toda la variedad ecológica de los ecosistemas poniendo en peligro la vida de muchas y valiosas especies, incluida la humana.
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