El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) retomará en este cuatrienio la propuesta restauración de la Laguna Guánica, que desde finales de la década de 1990 duerme el sueño de los justos.
Así lo informó en entrevista con El Nuevo Día el designado secretario de la agencia, Daniel Galán Kercadó, tras destacar que para darle continuidad a la iniciativa es necesario el interés comunitario y de ambientalistas.
La Laguna Guánica, la más que grande de agua dulce que tuvo la Isla, así como un área de terrenos anegadizos aledaños conocida como El Anegado, fueron drenados en la década de 1950 como parte del sistema de riego del Valle de Lajas. Ambos cubrían un área de 2,700 cuerdas y estaban conectados hidrológicamente. Entonces, el plan del Gobierno era utilizar los terrenos para el cultivo de caña de azúcar.
Sin embargo, se encontró que el suelo no era muy productivo debido a altas concentraciones de minerales, sales y arcilla. ¿La razón? El Valle de Lajas, donde ubican los terrenos, estuvo cubierto por el mar hace 15,000 años, según reza en el libro de texto “Nueva Geografía de Puerto Rico: física, económica y social” de Rafael Picó.
Desde entonces, no hay agricultura en el área, pero tampoco agua, excepto cuando las fuertes aguaceros forman un “pequeño charquito”, como lo describió el propio Galán Kercadó.
“Un área interesantísima”
“Vamos a retomar esa iniciativa para ver cómo podemos adelantarla. Es un área interesantísima y siempre que tengamos el apoyo de la comunidad y de los grupos de interés, estamos dispuestos a trabajar”, manifestó.
“Es bien importante la inclusión de la comunidad. Los recursos naturales son de todo el mundo y todos deben participar en su conservación”, agregó el funcionario, tras señalar que hace 10 años esta era la visión tanto de las comunidades como de las agencias gubernamentales.
Galán Kercadó destacó la cercanía de la laguna al Bosque Seco de Guánica, designado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como una reserva de la biosfera. Bajo este contexto, el DRNA analizará la posibilidad de ver la laguna como potencial hábitat de reintroducción del sapo concho, especie endémica de Puerto Rico y en peligro de extinción.
Atención al turismo
En cuanto a la oportunidad turística del área, teniendo en cuenta que aún llegan visitantes buscando la laguna y se sorprenden al ver que no existe, el titular del DRNA manifestó que ya inició conversaciones con la Compañía de Turismo “para ir a estas áreas de importancia” y ver de qué manera pueden explotarse de manera sustentable.
“Lo que atrae al turista a Puerto Rico son nuestros valores naturales. Queremos ver cómo podemos integrar ese mercado a nuestras áreas y mejorar la posición económica de las comunidades cercanas”, puntualizó.
Según el DRNA, a principios de siglo pasado se documentaron en la zona 65 especies de aves nativas, endémicas y migratorias, lo que atrajo a cazadores de la Isla y de Estados Unidos.
Idea infundada
La Laguna Guánica fue drenada tras la promulgación de la Ley de Tierras de Puerto Rico, que autorizó vender o secar todos los terrenos cubiertos de mangle por la creencia infundada de que carecían de valor, eran criaderos de mosquitos y causaban enfermedades como la malaria. Entonces, el Departamento de Salud fue el propulsor de la medida.
Fuente: Archivo El Nuevo Día |
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