El ingeniero Armando Guenzatti planteó una serie de, si se quiere, pequeñas obras a realizar las que según el ex funcionario de Obras Públicas mejorarían el sistema hidráulico del arroyo Tapalqué y su aspecto estético.
Pero además, alertó sobre reductores de velocidad rotos que dejan los bulones al descubierto poniendo en riesgo los neumáticos de los vehículos, tal como ocurre con dos ubicados en la calle Riobamba.
Guenzatti fue funcionario de gobierno en la década del '80 durante la administración del fallecido Helios Eseverri, y en la última parte de su gestión estuvo al frente del área de Hidráulica, que adquirió relevancia a partir de las dos grandes inundaciones que debió padecer Olavarría como la de 1980 y 1985.
En ese sentido, propuso la realización de dos trabajos sobre sendos puentes, el de avenida Colón y calle Necochea, "para mejorar el rendimiento hidráulico y la estética del arroyo", dijo.
La sequía bajó notablemente su caudal y dejó al descubierto una serie de falencias que antes permanecían ocultas por las aguas.
Por ejemplo, y más allá de que a su juicio el arroyo "está abandonado desde el punto de vista hidráulico y estético", destacó la idea de construir el parque del Bicentenario que es un proyecto del gobierno municipal para embellecer esa zona del Parque Mitre, entre el puente de la avenida Del Valle y calle Hornos. Obra en la que entre los días 11 y 17 de febrero se procederá a la apertura de las ofertas de la licitación de esta primera etapa, con un presupuesto establecido en 514.300 pesos y se destinará a las obras civiles que incluyen los trabajos de: construcción del sendero peatonal en la zona del Balneario Municipal, la remodelación del puente de la calle Hornos y la construcción de la plazoleta General San Martín, conforme el diseño coordinado por el ingeniero Leo Sainte Cluque.
Guenzatti insistió con los problemas sobre cuatro puentes, el de la avenida Colón, el de la calle Necochea, el de Coronel Suárez y el central de la avenida Del Valle.
Sobre el primero apuntó que "existen los restos del estribo del viejo puente que le está quitando una sección libre y muestra además un aspecto muy feo".
El profesional aseguró que "no es complicado quitar todo eso de ahí porque solo bastaría con poner tres personas abajo, una pequeña grúa y en ocho o diez días se podría limpiar el sector. Se debe aprovechar esta sequía para sacar todo eso porque en períodos de caudal normal sería mucho más complicado hacerlo".
También atacó el puente de la calle Necochea debajo del cual han quedado los pilotes de hormigón que "son unos junta basura. Eso hay que sacarlo por estética y para ayudar el rendimiento hidráulico del arroyo".
Señaló además que en el puente de Coronel Suárez "hay dos vigas de madera del viejo puente y habría que aprovechar ahora para quitar ambas, la que da en la margen de Pueblo Nuevo y la del centro".
Reductores
Otro de los problemas planteados por el ex funcionario municipal se refiere a los reductores de velocidad metálicos que se fueron deteriorando, dejando al descubierto los bulones que los adherían al pavimento.
Hoy por hoy, quien transite por Riobamba a la altura de Belgrano o Necochea, deberá tener mucho cuidado en esquivar esos tornillos salientes que son una verdadera amenaza para los neumáticos de cualquier vehículo pero también un serio peligro para las motos y bicicletas.
Los reductores fueron colocados durante la gestión de Aníbal Federico cuando le tocó estar al frente de Control Urbano. Oportunamente, estos metálicos fueron muy resistidos y no faltó quienes advirtieran de lo que hoy está pasando, esto es, que las varillas que cruzan transversalmente la calle se rompieran y dejaran al desnudo estos peligrosos bulones. Pero ya es hora de quitarlos, cosa que no es nada complicada.
Entre otras cosas, el ingeniero Armando Guenzatti planteó la necesidad de "aprovechar ahora que se va a pavimentar el acceso al Aeropuerto y la Autovía para hacer una rotonda a esa altura".
Esto mismo es lo que propuso hace unos días el diputado provincial, Mario Cura, quien consideró oportunamente la conveniencia de construir este regulador en la ruta por una cuestión de seguridad y para darle jerarquía al Aeropuerto.
A Guenzatti le llamó la atención que no se haya licitado esta obra "¿es que va a salir por trabajo adicional?", se preguntó, y planteó la inconveniencia de acordar esto por fuera de una licitación global. "Hay que construir una rotonda -insistió- porque ésta le daría un ritmo diferente a este tramo".
Además, y coincidiendo con el ex subsecretario de Obras y Servicios Públicos, Nelson Di Giácomo, indicó que "todos los desagües pluviales del lado centro están derruidos en su llegada al arroyo. El único que está en condiciones es el de Del Valle, pero el resto está afectado por la suciedad natural de la ciudad y los plásticos que no se diluyen como los papeles. Esto debería solucionarse y hay que sanear todo el sistema de evacuación pluvial".
Finalmente, Guenzatti estimó que se debería anular el puente de la avenida Del Valle porque "es peligroso porque es angosto y de doble mano y no tiene sentido transitar por allí cuando hay dos laterales para hacerlo. Hace cuatro o cinco meses que está clausurado, sé que no sería conveniente demolerlo, pero podría aprovecharse para construir sobre él una especie de confitería con vista a dos hermosos espejos de agua como lo son los del Club Estudiantes o el Balneario Municipal. Se me ocurre esto pero puede ser otra cosa que mejore estética y funcionalmente el puente. Sería como buscarle otra función".
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