Sobrevolar las últimas decisiones del gobierno nacional, solo asustan y ya no asombran. La mayor intervención física en la Hidrovía Paraguay Paraná de Santa Fe hasta Asunción y la mayor profundidad de la misma de Santa Fe al sur, es la expresión más funcional y cómplice de las multinacionales de la soja. Cómo se explica, ayer supuestamente contra la soja, mala palabra, pero ahora, resulta que somos socios de las empresas extranjeras dueñas del río más importante del país, las mayores exportadoras del monocultivo por excelencia en el sur del mundo, inventado en su genética posmoderna, en el norte. Claro, pero que no aparezcan ambientalistas y políticos, con periodistas de investigación en el medio, que puedan hablar de estudios de impactos ambientales y sociales evaluados por alguna autoridad independiente, menos aún, por la Secretaría de Ambiente de la Jefatura de Gabinete de la Nación, también. Sino pregúntenle a Nelson Castro las consecuencias. Hidrovía S.A. fue subsidiada desde 1994 con más de 40.000 millones de dólares por año, sin órgano de control independiente funcionando hasta la fecha. Pero no importa, renegociamos el contrato como País, hasta el 2020 y un poco más, sin memoria, sin estudios evaluados, sin vergüenza.
Contrastes con la Botnia evaluada, mal y con moño, regalados, pero formalmente evaluada por la autoridad ambiental Uruguaya. En los ríos compartidos también supuestamente somos duros frente al país hermano. En los propios, cómplices de más de lo mismo, funcionarios funcionales al poder de otros, expresión de un sistema que se desmorona sin fondo, sin piso que lo pueda parar. No existe autoridad, cuando sistemáticamente se destruye el ejemplo como autoridad, es como un suicidio político que se lleva puesto un ecocidio sistemático. No sería tan grave si solo fuera este Gobierno, pero es tan grave sus efectos sociales y ambientales. Esta impunidad de más de lo mismo hacia la nada, da tanta bronca, tanta impotencia. Asistimos a una prostitución infame del discurso contra la Asamblea de Gualeguaychu, donde todo vale y la historia no existe, una semana plan oficial A solo en el discurso y luego nuevo plan oficial B. Nadie entiende nada, o mejor, nada importa desde lo alto del poder, ni consecuencias, ni efectos directos e indirectos sobre el pueblo, gualeguaychu o la Corte Internacional de Justicia. Una vergüenza ahora internacional, en manos de sin-vergüenzas.
Vamos por la cuenca del Río Uruguay, ahora Garabi
La licitación de los estudios del sistema de represas de Garabi en el Río Uruguay, decisión funcional a las celulosas y papeleras proyectadas para toda la cuenca y su modelo forestal, la artificialización del río de los pájaros, más allá de lo que nuestra Constitución Provincial pueda expresar, es la prueba final, que federalismo, autonomía provinciana y libertad de los ríos, para quienes nos gobiernan, no solo no existe en su agenda, sino que luchan sistemáticamente contra estos principios, sus normas y posiciones políticas. Y nuevamente aquí, Entre Ríos, muy probablemente será la excepción a la realidad desde los movimientos sociales que finalmente impulsaran cambios en las decisiones, de unos y de otros.
Si no comprendemos que los hombres deben adaptarse al sistema milenario de los ríos y sus funcionamientos naturales y no los ríos al sistema violento que se quiere imponer; si no se comprende que la soja nos hace cada hora más dependientes de un sistema tecnológico vicioso y destructor de la diversidad productiva y cultural que no solo no ha inventado nuestra universidad pública, sino que además recibe los beneficios financieros del propio sistema privado en manos de Monsanto y otros; si no se comprende como Nación que el ordenamiento ambiental territorial y la gestación de políticas públicas que vuelvan sobre la diversidad productiva, es vital; si no se comprende que estamos ante una crisis de civilización única, donde es el hombre el que está en juego, el suicidio esta anunciado, más allá de este Gobierno o los que lo sucedan.
Entonces, ¿cómo no ser más de lo mismo? es parte de la cuestión. Es no caer en la trampa, en la desesperación de tomar medidas para salvar coyunturas, que solo profundizan, dragan, construyen, cortan, rectifican, solo y simplemente, el mismo modelo de "crecimiento" que nos lleva al final de un desastre mayor, anunciado y que muchos, aún, desde la política de las mayorías no quieren, no les interesa ver, menos estudiar, porque lo único relevante, son algunos pesos, miserables pesos de corruptos intelectuales o mafiosos mercaderes de futuros porvenir que nunca podrán ejercer derecho de defensa alguno. |
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