Rosario fue azotada anoche por una tormenta con fuertes ráfagas de viento (las máximas fueron de 90 kilómetros), abundante lluvia (unos 46 milímetros hasta las 22) y caída de granizo de diverso tamaño en distintas zonas. El fenómeno provocó al menos cuatro muertes y varios heridos y tomó por sorpresa a la ciudad ya que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) no lo había incluido en un parte emitido en la tarde de ayer. Las consecuencias materiales: calles anegadas, cortes de luz (amplificados a todo el sur provincial), problemas con el suministro de agua potable y árboles caídos sobre viviendas y vehículos.
Dos de los muertos, cuyos datos personales no fueron confirmados al cierre de esta edición La Capital, se registraron por electrocución luego de la voladura de la carpa de una iglesia evangelista en Sorrento y Provincias Unidas. El incidente también causó heridas a ocho personas.
En tanto, un hombre murió por electrocución en una vivienda ubicada en Juan José Paso y Banco Nación. Y en Juan Manuel de Rosas y Montevideo un hombre de 27 años perdió la vida por causas similares.
En Independencia y Francia un hombre buscó refugio con su auto bajo un árbol, aunque éste cayó y aplastó el vehículo, hiriendo al conductor. El fuerte viento derrumbó, además, un puente peatonal en España y Circunvalación.
Rayos. Cerca de las 21 los amenazantes rayos y truenos fueron dando paso a una violenta tormenta de verano. Desde distintos barrios de las zonas norte, oeste y sudoeste de la ciudad se reportó la caída de granizo de gran tamaño, mientras que en el centro las piedras fueron de menor dimensión.
Pasadas las 22 se registraba una abundante precipitación, ya sin granizo, que terminó anegando calles en distintos puntos de Rosario.
Por entonces Guillermo Bernardello, de Defensa Civil municipal, consideraba "imposible" cuantificar los daños causados por la tormenta. Hasta las 23 no había evacuados.
En ese contexto, el funcionario reconoció a este diario que "no hubo un alerta del Servicio Meteorológico para la región sino solamente un informe a corto plazo focalizado en Pergamino y otras ciudades".
Al desatarse la tormenta aquellos que se encontraban lejos de sus hogares corrieron a pie buscando refugio o abordaron sus vehículos. Imperó el temor a una caída de granizo similar a la registrada en noviembre de 2007, que tuvo un efecto devastador.
El viento provocó la caída de innumerables árboles, mientras que tanto calles céntricas como de distintos barrios comenzaron a anegarse. En otros sectores el agua cubrió las veredas, e incluso ingresó a varias viviendas. Algunos vecinos optaron por cortar calles para evitar el paso de vehículos.
El momento más crítico de la tormenta fue acompañado por cortes de luz o peligrosos bajones de la tensión. Y varias calles quedaron a oscuras por desperfectos en el alumbrado público.
Cortes. Desde la EPE indicaron que la tormenta dañó líneas de Transener, afectando el sistema interconectado nacional.
A las 21.30, y también por la falta de electricidad, salió de funcionamiento la estación C de rebombeo de Aguas Santafesinas SA (Assa), perjudicando el suministro en las zonas sur, oeste y parte del centro, además de Villa Gobernador Gálvez.
La difícil tarea de volver a casa entre calles anegadas y cortadas por árboles
El violento temporal desatado anoche provocó una gran cantidad de árboles caídos y calles anegadas que impidieron la circulación del tránsito en casi toda la ciudad. Esto obligó a muchos rosarinos a recorrer cuadras y cuadras a la búsqueda de un camino por el cual les fuera posible regresar a sus hogares.
En los periplos todos se topaban con una postal común: árboles caídos y vastas zonas inundadas, donde los vecinos intentaban desesperados destapar las bocas de tormenta para evitar que el agua ingresara a las viviendas, mientras se veían autos guarecidos en cualquier lugar que tuviera techo.
No hubo zona de la ciudad que no haya sido afectada por la tormenta, que en algo más de una hora provocó un caos generalizado. Además de las dificultades para la circulación vehicular, la mayor parte de los hogares padeció cortes de luz.
Previendo la posibilidad de que cayera granizo, muchos intentaron resguardar sus vehículos en cocheras antes de que la tormenta se desatara. Y como suele suceder en estos casos, taxis y remises desaparecieron de las calles.
Calles y ríos. "Pellegrini es un río, no se puede circular", daban cuenta llamados a la Redacción de La?Capital, mientras otros confirmaban "el desastre" en que se había convertido la zona del parque Independencia, con ramas y árboles desparramados por las calles y el cruce de Oroño y 27 de Febrero cortado por el anegamiento.
En bulevar Oroño entre Zeballos y 9 de Julio, reportaron la caída de una chapa de contención de una obra en construcción, mientras que zona oeste la caída de un árbol de grandes dimensiones obstaculizó la avenida Francia, a unas cuadras de Presidente Perón.
Por la misma razón se también se cortó la calle Italia entre San Juan y Mendoza, mientras que en San Juan entre Pueyrredón y Ovidio Lagos el agua cubría las dos veredas.
También hubo arterias donde el tránsito fue interrumpido directamente por los vecinos, para impedir que los vehículos circularan y enviaran de esa manera el agua hacia el interior de las viviendas.
Como "huevos". En cuanto a la granizada, al cierre de esta edición los impactos más importantes se habían reportado en la zona norte. En Arroyito y Fisherton, por ejemplo, se vieron caer "piedras del tamaño de huevos". En España al 4200 la piedra y el viento rompió persianas de departamentos.
Los destrozos alcanzaron también a comercios que sufrieron daños de mampostería y cartelería publicitaria. Además, un automóvil quedó totalmente destruido por un árbol sobre Pellegrini, entre Maipú y Laprida.
Los problemas para circular por la ciudad repercutieron en los servicios de emergencia, para cuyos móviles fue muy dificultoso llegar a los lugares donde eran requeridos mientras tenían que soportar, además, la caída del granizo. En este marco, debieron diferirse las consultas médicas mientras se intentaba cumplir con las urgencias.
En la región
La fuerte tormenta de anoche hizo estragos en ciudades y localidades cercanas a Rosario, como Pérez, donde hubo calles anegadas, ramas caídas, cortes de luz y voladura de techos. Aunque también afectó a Arequito, Esperanza y Rafaela y el norte de la provincia de Buenos Aires, sobre todo a San Pedro.
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