El gobernador Daniel Scioli decretará hoy la emergencia agropecuaria para la mayoría de los distritos agrarios bonaerenses que están siendo afectados por la fuerte sequía que ya califican como “sin precedentes” en varias zonas del país. De acuerdo a las estimaciones de las entidades del campo en la Provincia ya hay pérdidas por más de 7.000 millones de pesos.
Actualmente son 19 los municipios bonaerenses declarados en emergencia y desastre agropecuario y hay 65 pedidos que están siendo evaluados, según informaron desde el ministerio de Asuntos Agrarios provincial, aunque en la cartera que dirige Emilio Monzó aclararon que la situación cambia día a día.
Se calcula que de continuar la escasez de lluvia, dos tercios del territorio provincial estarán en situación de emergencia.
El decreto de Scioli permitirá a los productores agropecuarios de los distritos afectados recibir los beneficios que se otorgan a través de la emergencia nacional, decretada la semana pasada.
El director ejecutivo de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Alfredo Rodes, explicó a Hoy que sólo por los cuatro cultivos básicos de la Provincia (trigo, maíz, girasol y soja) se calcuraron hasta el 20 de enero pérdidas por 1.800 millones de dólares (es decir, $ 6.300 millones), a los que hay que sumarles unos $ 1.700 millones más desde esa fecha hasta ahora.
El ruralista aclaró que la cifra incluye los montos destinados a las retenciones, cerca de $ 1.600 millones, aunque “de ese dinero la Provincia no recibe nada”, agregó. Además, hay que sumar las pérdidas en la ganadería y la lechería.
Por todo esto, las entidades del campo reclaman “que el Gobierno destine una ayuda extraordinaria porque con la declaración de emergencia no alcanza”, solicitó el dirigente ruralista y senador provincial por la Coalición Cívica Roberto Molini. La propuesta de la Mesa de Enlace agropecuaria es que los productores reciban una ayuda económica de $ 200 pesos por cabeza de ganado y de $ 100 por hectárea de siembra.
Según los representantes de los productores agrícolas, la cosecha de trigo se vio reducida en cerca de un 50%. Mientras los cultivos de maíz y girasol ya son irrecuperables. “La llegada de lluvias sólo podría mejorar la situación para la soja y traer un alivio a la ganadería”, dijo Rodes.
A todo esto se suman otros factores desfavorables. “Más allá de declararse la emergencia agropecuaria, lo que hace falta son políticas para el campo porque, además de tener las retenciones, los mercados están distorsionados por la intervención de la Oncca y la aduana”, opinó el dirigente de Carbap.
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