Desastres naturales devastadores, aumento de los precios de los alimentos y del petróleo y el recrudecimiento de los conflictos armados produjeron importantes desafíos humanitarios en todo el mundo en 2008. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) publicó, la semana pasada, el Informe de Acción Humanitaria 2009. El documento es un llamamiento anual del órgano en favor de los niños y de las mujeres afectadas por crisis humanitarias.
Además, el informe es un medio para la búsqueda de financiamiento en favor de esos sectores más afectados por situaciones de emergencia prolongadas. La previsión para este año es que haya un aumento del 17% en relación con el 2008 en las requisiciones de apoyo a las intervenciones en crisis humanitarias, lo que corresponde a más de 1.000 millones de dólares. El documento de este año incluye 36 países. Colombia y Haití figuran como los países que están en peores condiciones en la región de las Américas.
En el capítulo reservado a América Latina y el Caribe, el informe resalta la ocurrencia de desastres naturales, desde huracanes, tormentas tropicales e inundaciones que sacudieron al Caribe, hasta la sequía en Paraguay y la caída de las temperaturas en Perú: "Los huracanes Fay, Gustav, Hanna, Ike y Norbert afectaron considerablemente amplias zonas del Caribe en la segunda mitad de 2008. Cuba, Jamaica, Haití, México, República Dominicana y las islas Turcos y Caicos padecieron los efectos de las tormentas mencionadas anteriormente, mientras que fuertes lluvias anegaron a comienzos del año a Bolivia y Ecuador".
La Acción Humanitaria Planificada para 2009 para la región está constituida por tres recomendaciones. Una es el fortalecimiento de las oficinas de los países de las Américas y el Caribe y el fomento de la capacidad de los homólogos nacionales en cuestiones relacionadas con la reforma humanitaria, incluidos los grupos temáticos liderados por la Unicef.
El informe sugiere además el fortalecimiento de la región para responder a los desastres naturales de emergencia y otras situaciones súbitas de emergencia, así como el apoyo a las iniciativas para la reducción de riesgo de desastres, centrándose en los sectores de educación y agua, saneamiento e higiene. Según la Unicef, las inversiones para esas necesidades debería llegar a los 2,8 millones de dólares.
Sobre Colombia, el documento resalta las más de cuatro décadas de conflicto armado, con repercusiones devastadoras sobre niños y mujeres. Según el informe, el 48% de la población desplazada está constituida por mujeres y el 36% por niños. Cerca de tres millones de personas viven desplazadas actualmente en el país. "La presencia de minas terrestres y de materiales de guerra sin explotar representa una preocupación grave y creciente en Colombia", afirma.
El documento aborda además la cuestión de Haití y el agravamiento de la crisis humanitaria en el país provocado por los altos precios de los alimentos y del combustible y por los huracanes que asolaron la región. Cerca de 2,66 millones de niños sufrieron por lo menos alguna forma de privación (alimentos, salud, educación, agua, saneamiento, refugio, información). |
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