Los rendimientos de la cosecha gruesa que se avecina distarán enormemente de cualquier suposición que pudo haberse hecho en octubre pasado --cuando comenzó a realizarse la siembra--, por lo que, según los productores y profesionales del sudoeste bonaerense consultados por "La Nueva Provincia" , los más afortunados sólo podrán aspirar a salvar los gastos.
Las estimaciones aún son muy imprecisas, pero se calcula que las mermas en los rindes --respecto de años normales--serán superiores al 50%-60% en la mayoría de los casos, con picos del 90% y aun superiores en una significativa cantidad de lotes. Las pérdidas son multimillonarias.
Los factores que incidieron fueron varios, aunque sin dudas el principal fue la sequía (las lluvias de octubre no tuvieron continuidad en los tres meses siguientes), que provocó que se interrumpiera abruptamente la siembra, por un lado, y que se fuera complicando seriamente, con el correr de las semanas, el estado de lo sembrado.
En distritos como Coronel Pringles y Tres Arroyos también hubo fuertes pérdidas provocadas por la tucura, fenómeno que amenaza con un rebrote por estos días (ver en página 2).
El presidente de la Sociedad Rural de Adolfo Alsina, Ariel Marino, sostuvo que los cultivos gruesos se encuentran muy afectados y que las pérdidas serán millonarias en el distrito.
"Hay que dividir el partido en dos, según tengan lotes malos y buenos. En la zona norte (Yutuyaco y Villa Maza), los cultivos están desarrollados en un 80%, mientras que otros ya están totalmente perdidos en la zona sur debido al escaso milimetraje de lluvias", manifestó.
"Los rendimientos finales serán bajos en los lotes con girasoles implantados muy temprano, puesto que fueron afectados por la seca y no tuvieron tiempo de recuperarse", explicó.
"Sin embargo, habrá que esperar un poco más para tener una certeza sobre este panorama", agregó Marino, quien manifestó que nada más que la mitad de los productores podrá aspirar a cubrir los costos.
El dirigente y productor manifestó que esta situación provocará el alargamiento en la cadena de pagos, y estimó que se dará un reajuste del 40% en los valores de los alquileres.
El distrito de Puan tampoco es ajeno a la problemática causada por la falta de lluvias, y cada día se complica más el estado de los cultivos de verano.
El ingeniero agrónomo Mario Tranier dijo que los 100 milímetros caídos en diciembre no fueron suficientes para recomponer la humedad en el suelo y neutralizar las condiciones de viento y calor de las últimas semanas.
"Los que mejor están son algunos lotes de girasol pero, en general, todos los cultivos de gruesa están de regular a mal. La soja tiene muy poco desarrollo; los girasoles están bajos y floreciendo; en cuanto al sorgo, algunos lotes son aceptables y otros malos debido a la presencia de malezas y a la falta de agua; y el maíz... sólo sirve para consumo animal", enumeró.
El profesional recalcó que no hay pasto para la ganadería, e indicó que los cultivos de verano, que se hicieron para destinarlos a reserva de alimento en otoño e invierno, ya se están utilizando para dar de comer a los animales.
Manuel Domínguez, titular de la Sociedad Rural de Coronel Pringles, manifestó que las perspectivas para la próxima cosecha gruesa en ese distrito son "muy malas", debido a la confluencia de dos factores devastadores: la falta de precipitaciones y la presencia de tucura en los campos.
"Lo poco que dejó en pie la sequía, lo destruyó la tucura. No se salvó casi nada", se lamentó.
Jesús Díaz, a cargo de la Asociación de Productores de Coronel Pringles, estimó que las pérdidas oscilan entre el 60% y 70% en cuanto a los cultivos gruesos, situación que termina de configurar, para el campo local, un cuadro que calificó como "preocupante".
"La situación es altamente desesperante", dijo.
"Tenemos que tener en cuenta que la cosecha de trigo no superó el promedio de los 600 kilogramos por hectárea, mientras que en la cosecha gruesa ya se registran pérdidas que oscilan entre el 60 y el 70 por ciento. Las cifras son muy preocupantes para una ciudad que vive, prácticamente, del sector agropecuario", añadió.
El titular de la Sociedad Rural de Coronel Dorrego, Amaro Merino, reconoció que en este distrito se hizo algo de gruesa, aunque poco debido a la feroz sequía.
"De cualquier manera, entre la falta de lluvias y la tucura, hay que dar por perdida a la producción. Tal vez algún lote de soja pueda reaccionar, pero lo veo muy difícil", manifestó.
"Este año será muy malo, porque no tenemos pasto ni para los animales. Veo un futuro muy negro", finalizó.
Bajas expectativas
Jorge Couderc, del INTA Pigüé, manifestó que "la cosecha gruesa inició razonablemente bien, porque en octubre llovió un poco y se comenzó la siembra, pero se tuvo que detener, porque en noviembre el calor y la sequía hicieron que los lotes no estuvieran en condiciones de sembrarse".
"Si bien después la implantación avanzó, hoy tenemos entre un 25 y 30% de lotes que no se sembraron", agregó.
El profesional dijo que en los lotes ubicados al norte y al noreste de las sierras --aún con un estado desparejo de desarrollo--, se advierte que vienen razonablemente bien.
"Un panorama distinto es al sur y al sudoeste, donde hay mucho menos sembrado. Los lotes nacidos están con un estrés hídrico importante, con riesgo de perderse por la sequía, sobre todo en lo que es girasol y maíz, ya que en esta zona hay muy poca soja", manifestó.
En ese sentido, manifestó que todavía no se puede arriesgar un resultado de la cosecha gruesa, pero señaló que todo depende de las lluvias de los próximos días y de febrero.
Couderc también se mostró preocupado, porque se advierte una superficie menor sembrada de cultivos de verano.
La perspectiva para la cosecha gruesa es aún incierta en Coronel Suárez, aunque los productores manifiestan que es imperioso que llueva mucho más de lo registrado en las últimas semanas.
"Arrancamos un octubre con precipitaciones que permitieron sembrar girasol y maíz; en noviembre volvió la seca, pero comenzó también la siembra de soja que tuvo que detenerse luego", sostuvo el ingeniero agrónomo Eduardo de Sá Pereira, extensionista del INTA Coronel Suárez.
Según dijo, se sembraron muchos lotes de soja de segunda sobre el rastrojo de trigo y cebada.
"Con las últimas lluvias del mes de diciembre y hace poco los cultivos se recuperaron bastante --sobre todo los girasoles sembrados temprano--, pero seguimos necesitando más agua", explicó.
"Algunos maíces ya entraron en floración y otros están más atrasados, por eso es necesario una lluvia copiosa para no perder rindes en la próxima cosecha", recalcó.
Además, reconoció que el haber sembrado soja de segunda tardía se convierte en un riesgo por las heladas tempranas que se suceden en abril.
"La lluvia no ha sido generalizada, hay zonas que ha llovido más y en otras menos; en poca distancia los milimetrajes varían muchísimo, por lo que hay lotes con rendimientos muy desparejos en pocos kilómetros de distancia entre sí. La situación es complicada", finalizó Sá Pereira.
Sólo al norte de Guaminí
En el distrito de Guaminí sólo se aguardan buenos resultados en los campos ubicados al norte del partido, donde se realizaron sembrados tardíos, ya que en el sur, donde la cosecha fina fue desastrosa, se esperan magros rindes.
"Al norte del distrito los cultivos se defienden; pero sólo aquellos que fueron sembrados entre el inicio y mediados de octubre", explicó Juan Balfour, presidente de la Sociedad Rural.
Sin embargo, destacó que las ganancias serán escasas en todos los casos, y que la baja inversión por parte de los productores es una clara muestra de ello.
"Muchos no utilizaron herbicidas o fertilizantes, o bien usaron de baja calidad", concluyó.
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