Las primeras estimaciones sobre las consecuencias del temporal en la superficie sembrada en Los Molinos, Arequito, Casilda, Sanford, Fuentes y Pujato, entre otros distritos, ya hablan de pérdidas de entre un 20 y 30 por ciento. Algo que implica pérdidas millonarias para la región.
Si bien la mayoría de los productores agropecuarios tiene seguro contra granizo, los efectos del meteoro reducirán aún más los rindes previstos para la próxima cosecha de soja, cuyo cultivo ya venía siendo perjudicado por la sequía.
Numerosos chacareros continuaban reportando ayer los daños en las aseguradoras y en entidades rurales. "En algunas parcelas los destrozos fueron parciales y en otras totales", coincidieron en afirmar varios agricultores a LaCapital.
Sucede que la tormenta afectó a franjas del área cultivada donde el viento y la recurrente caída de granizo acompañaron con mayor virulencia e intensidad a la lluvia, que superó los cien milímetros de promedio.
Daños irreparables. A diferencia de la granizada que azotó a la región en noviembre de 2007, esta vez los chacareros no podrán resembrar, ya que están fuera de temporada. "En esta época los cultivos de soja estaban en su etapa reproductiva, con lo cual el daño es directo sobre el rinde, ya que no hay posibilidades de recuperación a través de la resiembra", explicó Fernando Cimadomo, del Centro Primario Casilda, Pujato y Fuentes de Agricultores Federados Argentinos (AFA). Ayer, los empleados no daban abasto en la sede de la filial para atender a los productores asegurados que fueron a denunciar sus pérdidas.
"Antes de este temporal estimábamos que la zona tendría por la sequía pérdidas del 30 por ciento sobre la producción total, pero ahora habría que sumarle lo que representan las áreas afectadas por el granizo", indicó Cimadomo.
De acuerdo a un sondeo en la zona de Arequito "de las casi 48 mil hectáreas que tiene el distrito se perdió el 30 por ciento de lo sembrado", aseguraron a este diario funcionarios comunales. La cifra es similar a la estimada por Federación Agraria en Casilda, Fuentes y Pujato.
La tormenta también afectó, aunque en menor magnitud, a las áreas pobladas de la región. En Casilda varias viviendas sufrieron roturas en los techos y algunas zonas aún están sin teléfono. El ejemplo más notorio fue el del hospital San Carlos, que debió alertar a la población sobre la falta del servicio.
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