Una mancha verdosa de ocho kilómetros que desde ayer se extiende sobre el río Uruguay dejó atónitos a los vecinos de Gualeguaychú y se convirtió en la nueva razón de protesta de los asambleístas, que provocó otro enfrentamiento diplomático. Mientras desde un lado se hablaba sin eufemismos de “la prueba de la contaminación”, voceros de la pastera reducían la cuestión a una “acumulación de algas”. La mancha fue detectada por tripulantes del remolcador Veromar, frente al muelle de la papelera. Quince minutos después, la Prefectura Naval Argentina recogió muestras y las subió a un avión rumbo a Buenos Aires.
“Lamentablemente, tienen que suceder estos acontecimientos para comprobar que Botnia contamina. Impacta, indigna ver una mancha de estas características sobre nuestro río Uruguay”, dijo el intendente Juan José Bahillo, luego de sobrevolar la zona. Si se comprueba la teoría del derrame, quienes impulsan la demanda en La Haya especulan con sumar un nuevo elemento a los argumentos argentinos. Pero el optimismo no es completo: “Aunque esto puede servir para presionar al gobierno uruguayo, creo que Botnia no se va a ir nunca”, reconoció Luis Alén, director de prensa de la intendencia de Gualeguaychú. La noticia, paradójicamente, llevó “cierto aire de tranquilidad: es un argumento más a favor de los vecinos”.
Para Carlos Colacce, ministro uruguayo de Medio Ambiente, la mancha “no tiene nada que ver” con la pastera, sino que se trató de “una floración algal” típica de esta época del año. “No es contaminante sino natural”, aseguró. En diálogo con Crítica de la Argentina, precisó que “nuestros monitoreos diarios no dan anomalías. Las algas aparecen donde aparecen, es un capricho de la naturaleza”. También afirmó que Botnia “está teniendo un desempeño ambiental muy bueno. Nos lo confirma una comisión de seguimiento en la que participan vecinos de Fray Bentos, que viven al lado de la empresa”.
“No es de Botnia, los controles internos han dado normales”, se sumó Matías Martínez, vocero de la empresa. Y el intendente del departamento uruguayo de Río Negro, Omar Lafluf, optó por la ironía: “Era de suponer que todo lo que pase en el río Uruguay es culpa de Botnia”. Lafluf adscribió a la versión ministerial: “Hay una acumulación muy grande arriba de la planta de Botnia, o sea que nada tiene que ver la planta”, dijo a radio El Espectador.
Pero esa versión no convence al gobernador de Entre Ríos, quien llevó el tema al terreno nacional. Sergio Urribarri se comunicó con el secretario de Medio Ambiente, Homero Bibiloni, y con el canciller Jorge Taiana, en cuyo ministerio prefieron extremar la cautela: “Es poco lo que sabemos –admitieron fuentes oficiales–. El gobierno argentino esperará los resultados del laboratorio”. Mientras los asambleístas de Gualeguaychú se manifestaban anoche en la costanera, la mancha misteriosa seguía su trayecto rumbo a Concepción del Uruguay.
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