Conscientes de la escasez de agua que en 2008 -en medio de la sequía- se hizo más evidente en el norte el país, el gobierno y las mineras comenzaron a discutir una serie de gestiones y programas específicos que permitan redirigir el uso del agua, pues hay consumos que rivalizan como el humano, agrícola y minero.
En esta línea la autoridad habría propuesto a las empresas mineras un plan para tratar de sustituir el uso de derechos de agua –subterráneos y superficiales- a cambio de algunos beneficios.
Así, en la Región de Atacama, Xstrata Copper, consideró en el diseño de su proyecto cuprífero El Morro la construcción y operación de una planta desalinizadora para satisfacer el consumo de sus faenas, con lo que liberaría los derechos que poseía en esta zona.
Una situación similar ocurrió con el proyecto Caserones, donde si bien por un tema de costos -porque resulta muy caro llegar con el agua a la altura de las faenas- se desestimó la construcción de una unidad de tratamiento de agua de mar. De esta forma para cumplir con el objetivo de liberar recursos para los otros usos de agua la región, esta firma está evaluando una especie de swap, en el cual contraten capacidad de desalinización que quedará disponible a nivel del mar a cambio de seguir disponiendo de los derechos adquiridos en la altura, donde tratarán el mineral
“Estamos dando alternativas de solución para compatibilizar el desarrollo y hacer que la actividad sea sustentable con el uso de agua para otras actividades”, dijo Weisner.