El presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Entre Ríos, Jorge Busti, pidió que el gobierno uruguayo ordene la paralización de la planta de celulosa Botnia, haciendo alusión al compromiso público hecho por el presidente Tabaré Vázquez el 11 de mayo de 2006. Recordó que el mandatario Uruguayo se había comprometido a informar “de pe a pa, exhaustivamente, todo lo que se ha actuado en el tema, y van a ver que no sólo se han tomado todas las medidas para que realmente el impacto sea mínimo, sino que hay un real compromiso del gobierno uruguayo de evitar que estas fábricas contaminen y si contaminan las cerramos”.
“Hoy más que nunca apelamos a la memoria del mandatario uruguayo de ese compromiso asumido y que reiteró en declaraciones el 21 de Julio de 2006, cuando defendió la tecnología que será utilizada para producir la pasta de celulosa y asegurando que `si las plantas contaminan el ambiente las vamos a cerrar`. Sólo pedimos al Presidente uruguayo, memoria y coherencia” aseveró Busti.
“Estos sucesos, ya comienzan a ser recurrentes y preocupan seriamente a toda la población”, enfatizó, al tiempo que destacó: “por fin aflora en la sociedad y en los medios de comunicación el verdadero tema que se debe debatir y esa es la contaminación que produce la pastera que opera hoy en Fray Bentos”.
“Lo advertimos desde un primer momento -añadió el ex mandatario- que la contaminación en forma acumulativa iba a emerger más temprano que tarde. Estos incidentes casi cotidianos, en menos de 30 días, nos dan indicios que los controles de la empresa y que la tecnología utilizada para el blanqueo, no es tan eficiente como lo expresaran los técnicos y funcionarios políticos del gobierno oriental”.
“¿Hasta cuándo debemos esperar, cuál es el límite? El límite, ya llegó. No queremos esperar más. Es necesario que usted, Presidente Tabaré Vázquez, cumpla con su palabra empeñada y ordene la urgente paralización de la planta contaminante”, concluyó Busti.

EJE DE DISCUSIÓN. Al planteo de Busti se sumó ayer a quien fuera su vicegobernador, Pedro Guastavino. “La planta de Fray Bentos debe paralizar sus actividades para terminar con la angustia de la gente”, dijo el dirigente de Gualeguaychú.
El senador ultrakirchnerista sostuvo que “hay motivos más que suficientes para insistir ante el Gobierno de Uruguay y la propia firma finlandesa. La razón impone un gesto, por lo tanto, la única forma de contribuir a apaciguar los efectos emocionales debe darse en esa dirección”.
Para Guastavino, “el cansancio y el agobio provocado por las causas que derivan del funcionamiento de la planta ha llegado a límites insoportables”. Consideró importante que nuevamente el tema contaminación esté en el centro de la escena nacional. “Ese eje de discusión había sido desplazado, pero hoy ha vuelto al lugar de donde nunca debió haber salido. El efecto contaminante acumulativo por el paso del tiempo es lo que cohesionó la lucha, y la recurrencia de los episodios recientes lo han puesto de manifiesto”, relató.

PLAN DE SALUD. Por su lado, el diputado provincial Héctor de la Fuente se refirió a la aparición de olores nauseabundos en Gualeguaychú y de la mancha en el río Uruguay para solicitar la “urgente implementación de un plan de contingencia en salud ante la posibilidad de una emergencia sanitaria por derrames o fugas como la ocurridas recientemente”.
El legislador del Nuevo Espacio indicó que esta solicitud “fue reiterada varias veces por la Asamblea Ambiental, a tenor de lo advertido por los técnicos” y cuya viabilización “no ha tenido respuesta hasta ahora”
El legislador de Gualeguaychú dijo que “sin dudas el próximo 26 de abril la gente se va a manifestar una vez más en forma contundente en contra de esta empresa altamente contaminante que tiene en jaque a la ciudad por su irresponsabilidad en la preservación del medio ambiente”.
Sin embargo advirtió que “mi temor es que la movilización organizada para esa fecha no sea tan pacifica y tengamos que vivir algunas situaciones no deseadas, porque hay mucha bronca, ya que sentimos que no se nos respeta la elección de una forma de vida en armonía con la naturaleza y se pone en riesgo la salud de la población situaciones que los capitales internacionales no consideran ni respetan, con la plena complicidad del gobierno Uruguayo”, enfatizó.