La situación ya es desesperante. La sequía devastó los campos entrerrianos, arrasó con los cultivos y terminó con pastos y praderas.
La ganadería, en este contexto, atraviesa su peor momento en mucho tiempo ya que en los establecimientos prácticamente no hay alimento para darle a los animales. La ayuda prometida por el Gobierno, en tanto, aún no ha llegado, se demora una eternidad, y, en el mejor de los casos, los primeros camiones con el maíz y el forraje recién arribarían dentro de una semana.
Las quejas de los productores, por estas horas, se multiplican ante el panorama angustiante. “A los animales les estamos dando chilcas y algunas ramas verdes de árboles”, le dijo a EL DIARIO RURAL un productor del departamento La Paz, porque “otra cosa no hay”.
Las últimas lluvias “apenas alcanzaron para algún rebrotecito, nada más”, agregó, “y encima quién sabe cuándo llegará la ayuda que nos prometieron... si es que algún día llega”, se quejó, escéptico, el hombre.
El productor paceño, asimismo, explicó que “si en estos momentos a los campos no se les baja la carga vamos a entrar muy mal al invierno” por lo que la situación se puede complicar aún más.
LOS MÁS PERJUDICADOS. Como siempre, los más complicados son los productores más chicos, especialmente aquellos que hacen una ganadería de subsistencia, es decir los que tienen entre cinco y quince cabezas: no tienen nada para darle de comer a los animales. Están desesperados.
“Para colmo —se quejó el paceño— a esos productores chiquitos, que son los más expuestos, lo más desprotegidos, la AFIP les exige estar inscriptos en el monotributo como condición indispensable para recibir la ayuda”. Y, cuestionó, “en la AFIP no se dan cuenta de que la cuota del monotributo es mayor que el valor del forraje o el maíz que ese productor puede llegar a recibir”.
Sobre este punto, precisamente, la filial “Las Colonias de Cerrito” de la Federación Agraria Argentina (FAA) ya planteó el problema a las máximas autoridades de la provincia.
En sendas notas remitidas al gobernador Sergio Urribarri y al secretario de la Producción, Roberto Schunk, la entidad solicitó que se “considere la situación de los pequeños productores ganaderos que no se encuentran categorizados” ante la Administración Federal de Ingresos Públicos.
De lo contrario, advierte la FAA cerritense, esos pequeños ganaderos “quedarán excluidos” del aporte de granos. Por eso, remarca, “le solicitamos que interceda ante las autoridades que correspondan” para “flexibilizar” aquel requisito, “ya que la actividad que llevan adelante estos pequeños ganaderos es de mera subsistencia, y constituye una realidad de la provincia. Si no se considera esta situación —advierte— atentaríamos contra la justicia social”.
LA VOZ OFICIAL. Mientras, desde el Gobierno provincial se señaló que la ayuda a los productores demorará entre una y dos semanas más, todo dependerá de las presentaciones de las listas en el Ministerio del Interior, la primera de las cuales se realizó el último jueves y la próxima el lunes venidero.
El secretario de la Producción, Roberto Schunk, en este sentido, estimó que los primeros camiones con maíz arribarán a la provincia “antes del 15” del corriente, para ser distribuidos desde los municipios y las juntas de gobierno “en donde ya hemos acordado toda la logística adecuada”.
La ayuda “llegará por tandas” de acuerdo con el orden de las presentaciones, agregó el funcionario, quien, además, remarcó que “no habrá ningún tipo de restricciones” con relación a la cantidad de alimento. “Llegará todo el maíz y el forraje que sea necesario”, subrayó.
EL MONOTRIBUTO. Schunk, en otro orden, explicó que las inscripciones de los pequeños productores “al monotributo eventual es sin costo alguno”. “Sólo tienen que presentar ante la AFIP el documento de identidad y la boleta de un servicio público para, de esa forma, no quedar excluidos de la asistencia oficial”, añadió.
El jueves se decidirá si el campo realiza un nuevo paro
Dirigentes de la Mesa de Enlace nacional evaluarán el jueves próximo la propuesta de la Federación Agraria de comenzar en la segunda quincena del mes las medidas de fuerza en contra de la política oficial para el campo.
La propuesta incluye cese de comercialización total de granos, pero descarta totalmente la realización de cortes de ruta y el entorpecimiento del transporte de ganado.
El miércoles próximo la Sociedad Rural Argentina (SRA) analizará la información que recabaron más de 40 directores de la entidad en todo el país.
Al día siguiente la Comisión de Enlace discutirá las propuestas.
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) está integrada, entre otras, por la poderosa Carbap que propuso —en un encuentro en Coronel Suárez— realizar un paro del 19 y 20 de febrero próximo, con parecida modalidad a la de la Federación Agraria.
Mientras que Coninagro, según trascendió, mantiene una posición más moderada, debido a que su titular, Carlos Garetto, es partidario de agotar todas las instancias al diálogo antes de encaminarse hacia la protesta.
No obstante, la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) acatará las decisiones de la Mesa de Enlace, aun cuando es partidaria de que se deben refrescar en la sociedad los problemas del campo para conseguir adhesiones a las protestas.
La Comisión de Enlace también podría descomprimir los tiempos y decidir solamente la realización de un gran acto masivo, aunque también se especulaba con la posibilidad de un masivo encuentro como corolario del paro de comercialización.
Hugo Biolcati, titular de la SRA, advirtió que la sociedad puede tener la sensación de que “somos todos granjeros contentos”, cuando la realidad es la “imagen de vacas flacas que se mueren por sed”.
Para Biolcati, la situación es grave porque la Emergencia Agropecuaria declarada por el Gobierno no comenzó a aplicarse todavía.
Asimismo, se mostró de acuerdo con la eventual suspensión de las retenciones a las exportaciones.
Desde Rosario, Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria, dijo que se dejarán “tranquilas las vacas” por la grave situación que atraviesa la ganadería, pero que “el reinicio de la protesta será a partir de la semana del 15 de febrero, parando la comercialización de granos”.
“Es una cosa simbólica, de ninguna manera pretendiendo desabastecer”, aclaró el dirigente, al tiempo que alertó que se avanzará hacia concentraciones como la Fiesta Nacional del Trigo en Leones (Córdoba).
Para destacar
Ratificación. Desde el Consejo Delegado Entre Ríos de la Federación Agraria Argentina (FAA) se anticipó que en la reunión de la Mesa de Enlace a realizarse el próximo lunes en Nogoyá se ratificará la convocatoria a una asamblea de productores para el viernes 13, en Paraná.
El campo perdería ingresos por $ 43 mil millones
Es por la sequía y las políticas de precios implementadas por el Gobierno. Este menor ingreso incide en forma directa en la actividad económica del país, con mayor impacto en los pueblos y ciudades del interior. Esa plata, según comparó la entidad, equivale 30.000 escuelas, 8.600 hospitales de alta complejidad, 43.000 kilómetros de rutas ó 430.000 viviendas.
El campo podría perder ingresos por 43 mil millones de pesos en 2009 a causa de la sequía y las políticas agropecuarias lo que equivale al sueldo de 1,2 millón de empleados de comercio o al valor de 43 mil cosechadoras.
“Con esa plata podrían construirse 30.000 escuelas o 43.000 kilómetros de rutas”, comparó, el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas, CRA, Néstor Roulet.
Según el estudio, al que tuvo acceso la agencia Noticias Argentinas, la producción agropecuaria primaria durante 2009 en comparación con 2008, tendrá una merma del 44 % y grandes perjuicios en ganadería y lechería.
Los técnicos de CRA calcularon las pérdidas que sufrirán los productores este año por efecto de la sequía y “por las malas políticas agropecuarias del Gobierno nacional”, expresó Roulet.
“El total de pérdidas en la producción agropecuaria para 2009 se puede estimar en, aproximadamente, 43.811 millonesde pesos”, sostuvo el estudio.
Una de las consecuencias será menos dinero circulante para todo el interior productivo.
En CRA, analizaron que la merma equivale al valor de 43.000 cosechadoras, 140.000 tractores, 350.000 camionetas 4x4, 150.000.000 rollos de alambre o el sueldo anual de 1.200.000 empleados de comercio.
También se puede comparar con la construcción —según las últimas licitaciones suscriptas por parte de los Gobiernos provinciales y el nacional— de 30.000 escuelas, 8.600 hospitales de alta complejidad, 43.000 kilómetros de rutas o 430.000 viviendas.
La conclusión del trabajo es evidente: “Queda claro que la millonaria pérdida de ingresos incidirá en forma directa en la actividad de todos los sectores del país, con mayor impacto en los pueblos y ciudades del interior”, advirtió el dirigente.
Este menor ingreso incide en forma directa en la actividad económica de todos los sectores del país, con mayor impacto en los pueblos y ciudades del interior productivo, según Roulet.
El equipo de especialistas evaluó que si un camión transporta 30 toneladas de carga, el valor del deterioro de la producción implica la realización de 748.333 viajes menos.
Traducido a divisas, a un promedio de 1.500 pesos por cada viaje, significa una facturación de 1.122.500.000 de pesos menos para el autotransporte de carga.
En cuanto al servicio de cosecha, los 2,87 millones de hectáreas que se dejaron de sembrar tienen como conclusión que este servicio dejará de facturar, a 150 pesos por hectárea, un total de 431.4 millones de pesos en total.
El ingreso de ganadería para este año comparado con 2008 será inferior en 5,2 millones de pesos.
Un 50 % de la disminución en el ingreso se debe a la sequía y el resto —de mantenerse los actuales valores— a la política de precios implementada por el Gobierno nacional, sostienen los expertos.
En tanto la lechería deja de ganar 3.200 millones de pesos, de los cuales 910 pesos se deben a la sequía, un 27 % y los 2.370 millones de pesos restantes, el 73 % a la política de precios establecida por el Gobierno de la Nación.
Algo más sobre la sequía en Entre Ríos
El año 2008 se lo recordará por la gran sequía que afectó una amplia zona agrícola-ganadera del país. Sus consecuencias negativas fue comentario obligado de todo encuentro ocasional entre amigos y expresadas con amplitud por los medios de difusión masivo.
El Observatorio Agrometeorológico de la EEA Paraná del INTA inició sus actividades en 1934; desde entonces realiza el registro del tiempo sin interrupciones. Esto permitió conocer el comportamiento de las lluvias en los últimos 75 años en nuestra zona. Sobre esta documentación pluviométrica realizamos el siguiente comentario.
Durante el año próximo pasado el agua caída totalizó 643,7 mm, sólo el 62 % de lo normal (1.026,7 mm). Su distribución determinó que a excepción de mayo con 73,3 mm, 23,8 mm más que lo histórico, el resto de los meses fueron deficitarios. Esta conducta ubicó a 2008 en el cuarto lugar entre los años menos lluviosos del período 1934-2008; 1937 con 493,6 mm; 1962 con 531,9 mm y 1935 con 578,7 mm. Levemente superiores a lo registrado en este último año ocurrió en 1952 con 660,8 mm (+17,1 mm) 1960 con 674,4 mm (+30,7 mm) y en 1969 con 682.4 mm (+38,7 mm). Si sumamos todos estos años, inferiores y levemente superiores a lo registrado en 2008, observamos que lo experimentado tiene una probabilidad de ocurrencia del 10%; si bien es relativamente baja, la zona no está exenta de este flagelo.
En 1969 se registró el último acontecimiento hídrico similar al obtenido en 2008, 40 años que el área no experimentaba un fenómeno de esta magnitud. Esto es consecuencia del inicio a comienzos del año 1970, según el Ing. Agr. César Rebella, director del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, de un período de 50 años con precipitaciones mayores a las normales en la región pampeana. Desde entonces esta predicción se viene dando.
De los 938,2 mm de media anual para el período 1934-1969 se pasó a los 1.110,6 mm para el lapso 1970-2008, los 172,4 mm promedio de aumento equivale a un 18%.
Esta conducta de las lluvias nos hizo olvidar de las sequías prolongadas como también de las temporarias (dos a tres meses), frecuentes en la zona hasta 1970, que afectaban negativamente a los cultivos más prometedores.
De todos los elementos atmosféricos que caracterizan al clima de una región, las lluvias son las de mayor variabilidad espacial y temporal, esto dificulta su pronóstico. Tampoco es intención de este comentario utilizar los registros históricos de nuestro Observatorio para ese fin porque es imposible. Sólo analizaremos el comportamiento de aquellos años con similares características a 2008 para conocer sus diferentes manifestaciones.
Si agrupamos las lluvias por trimestre (enero-marzo y octubre-diciembre) observamos que el verano 2008 se ubicó, de todos los con sequía, dentro de los tres más lluviosos con 234,7 mm (lo normal es 377,8 mm). Si a estos veranos les sumamos el trimestre anterior es decir octubre-diciembre (primavera) comprobamos que la correspondiente a 2007 fue la que recibió menos agua (226,3 mm). El resto de las primaveras oscilaron entre 263,0 mm y 340,1 mm. Este arranque del 2008 sumado a los sucesivos déficit trimestrales, determinaron que desde el punto de vista hídrico fue uno de los años más críticos.
Cuando consideramos al verano siguiente de los años con sequía, vemos que a excepción de 1963 con un acumulado de 333,4 mm, levemente inferior a la normal (377,8 mm), el resto de los años las precipitaciones oscilaron entre 426,9 y 634,5 mm, cifras por sobre los valores normales.
Enero de 2009 con 34,7 mm precipitados se ubicó entre los dos menos lluviosos de los años con sequía, 29,0 mm (1935) y 40,8 mm (1937) no obstante al finalizar el verano, estos terminaron con 426,9 mm y 432,9 mm, respectivamente.
Distribución de las lluvias mensuales (en mm) de años con sequía
Lluvias superiores a 2008 Lluvias inferiores a 2008
1935 1937 1962 2008 1960 1952 1969
Enero 29,0 40,8 51,1 97,0 49,4 94,8 88,8
Febrero 81,8 114,1 48,8 94,9 4,6 27,7 98,9
Marzo 83,5 55,0 89,7 42,8 63,0 124,7 111,8
Abril 30,4 23,1 55,0 57,8 34,5 30,0 88,0
Mayo 0,0 42,8 9,5 73,3 76,2 50,1 36,9
Junio 0,0 27,6 0,0 4,9 20,3 27,7 24,5
Julio 0,0 2,1 69,9 14,7 64,6 38,9 2,8
Agosto 16,4 4,2 11,5 0,0 1,8 60,8 7,6
Septiembre 21,4 45,2 49,4 32,9 41,2 24,0 12,4
Octubre 99,0 47,8 39,3 94,0 186,9 71,8 42,1
Noviembre 92,7 35,1 60,5 106,0 59,5 92,1 114,8
Diciembre 124,1 55,8 47,2 25,4 62,4 18,2 53,8
Total año 578,7 493,6 531,9 643,7 664,4 660,8 682,4
Se teme un nuevo lapso seco
La nueva perspectiva agroclimática señalada por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires advierte que, si bien las recientes precipitaciones mejoraron el estado de la Argentina y el Uruguay, se teme “un nuevo lapso seco”.
El informe para el Mercosur realizado por el especialista en agrometeorología, Eduardo Sierra, se extiende del 7 al 13 del corriente.
“Las recientes precipitaciones mejoraron el estado de la Argentina y el Uruguay, pero se teme un nuevo lapso seco”, estimó el experto.
Durante la semana precedente, la mayor parte del área agrícola del Brasil y del Paraguay observó precipitaciones moderadas a abundantes, que contribuyeron a mantener las reservas de humedad de los suelos en niveles adecuados para un buen desarrollo de los cultivos.
Al mismo tiempo, según el informe, la mayor parte de las zonas del Uruguay y la Argentina afectadas por la sequía observaron precipitaciones moderadas a abundantes, que repusieron la humedad de los suelos.
“No obstante, debe tenerse en cuenta que, aunque este alivio contuvo la ocurrencia de nuevos daños, es poco probable que logre revertir los ya ocurridos”, consignó.
Además, destacó que “algunas zonas, como el sur de La Pampa, el norte de Río Negro y el extremo sur de Buenos Aires no recibieron alivio efectivo, por lo que su situación continúa siendo crítica”.
“Durante la corriente perspectiva, las lluvias se retirarán hacia el norte, alcanzando valores abundantes a muy abundantes sobre el Paraguay, el Brasil, el Noroeste Argentino, la Región del Chaco y el norte de la Mesopotamia”, explicó.
También vaticinó que, contrariamente, la Región Pampeana, Cuyo, el centro y sur de la Mesopotamia y la mayor parte del Uruguay volverán a observar precipitaciones escasas, que serán acompañadas por temperaturas en ascenso.
Estas “obligarán a un cuidadoso manejo de las reservas de humedad de los suelos, a fin de evitar su rápida disminución”.
En la perspectiva se evalúa que “hacia mediados de febrero se restablezca el transporte de humedad atmosférica hacia la Región Pampeana y la República Oriental del Uruguay”.
De este modo, podrán producirse nuevas precipitaciones, ya que las reservas de humedad de ambas áreas son insuficientes como para afrontar otro prolongado lapso seco.
Opinión / Seca como lengua de loro
Alejandro Ramírez (*)
Y el título de este informe no se refiere al estado de la tierra de los campos de la Argentina, que por la falta de precipitaciones está000 sufriendo la peor sequía de los últimos 70 años —a pesar de las lluvias de las últimas 72 horas—. La referencia de sequedad es a la billetera y/o cuenta bancaria de los productores nacionales. Hoy los chacareros no tienen ni un peso partido a la mitad, comenzando nuevamente a generar deudas ante los vencimientos de obligaciones ya sea por compra de insumos, trabajos contratados o cuotas de bienes muebles adquiridos en épocas de mejor rentabilidad.
Y el comenzar a endeudarse otra vez, luego de las historias y situaciones vividas a fines de los 90, resulta peligroso y memoriosamente frustrante. En otras oportunidades, cuando el hombre de campo se endeudaba lo hacía sabiendo que al momento de cosechar o vender el ganado terminado, con lo que le ingresaba de dinero podía pagar los fondos solicitados y además le quedaría una ganancia —chica o grande—, pero una ganancia al fin.
En la actualidad, sin embargo, el nivel de incertidumbre que se vive en el sector agropecuario nacional hace impredecible cómo puede llegar a terminar el negocio emprendido. Y no tan sólo por las idas y vueltas de las medidas y políticas oficiales, sino también por la fuerte influencia que tiene el clima en este tipo de producciones y por la situación económico-financiera mundial que golpea a todos los países, inclusive al “paraíso” llamado Argentina.
Y lo que estamos viviendo no es tema de monedas y no se soluciona imponiendo una tarjeta electrónica. Es muy grave lo que nos está ocurriendo, poniendo en riesgo ya no sólo en riesgo el presente y futuro de los productores agropecuarios, sino las economías de todos los pueblos y ciudades de nuestro país.
En el momento de la crisis profunda que vivimos en 2001 fue notable cómo la recuperación económica surgió en el campo y desde allí se fue desplazando a las grandes urbes, llegando fuertemente a la Capital Federal. Todo comenzó a funcionar. Al campo le iba bien, ganaba dinero y el chacarero invierte automáticamente. Compra más campos, cambia alambrados, arrienda otros terrenos, cambia la chata, compra el departamento en la ciudad más cercana para que sus hijos puedan estudiar, etc. En definitiva, invierte en nuestro país. Lo que nunca hizo el productor agropecuario argentino en los últimos 40 años es sacar dinero al extranjero. Siempre lo reinvirtió en nuestro país. Esto genera movimiento económico real en forma directa e indirecta, con aumento del comercio, aumento de las fuentes de trabajo, con compras y ventas en todos los rubros imaginables.
Por eso decimos el bienestar económico comenzó en ese momento desde el interior hacia las grandes ciudades. Ahora, lamentablemente, se está dando el mismo caso pero con el tema de la recesión actual. Si al campo le va mal, no se genera ingreso de divisas, no se invierte, comienzan a cerrar las fábricas del interior, comienzan los problemas económicos y financieros de las pequeñas y medianas ciudades, generándose quiebras y cierres de empresas de todo tipo. Y esta situación ya comenzó a vislumbrarse a fines de 2008 y avanza con agravarse en los primeros meses de este año. Y la “malaria” vendrá del interior hacia las grandes ciudades. Como ocurrió en 2001, pero en vez de venir “la buena” desde el interior esta vez está viniendo “la mala”.
Por eso es que muchos entendemos que es el momento de tratar de buscar soluciones profundas a la problemática del sector agropecuario. Está bueno que se tomen algunas medidas que son más mediáticas y efectistas que verdaderamente generadoras de soluciones, como las cartas de porte gratuitas, o bajas en las retenciones de trigo y maíz, o la prórroga de impuestos. De una vez por todas es el momento de sentarse a dialogar y a través del consenso llegar a acordar medidas que sirvan a todos. A la gente de campo, al Gobierno y en definitiva a loa argentinos.
El tiempo pasa, la situación se agrava y ojalá que, cuando alguna vez se haga algo, ya no sea tarde e irremediable.
(*) Analista agropecuario
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