Las copiosas lluvias que cayeron en algunas regiones agrícolas permitieron sembrar soja en varios lotes que ya se creían perdidos por la sequía. De todos modos, según un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el agua llegó tarde para la mayoría de los cultivos, que ofrecerían pobres rendimientos. En este contexto, la entidad señaló que aunque crecerá la superficie sojera respecto de 2008, la producción caerá cerca de 6 millones de toneladas, casi 14%.
Las precipitaciones de los últimos días resultaron un bálsamo para muchos productores que no habían podido todavía sembrar la soja, debido a las condiciones de sequedad de los campos. La Bolsa porteña precisó que entre Chaco, Santiago del Estero y Formosa se sembraron la última semana 1,72 millones de hectáreas, "posibilitando la concreción de una extensión sembrada nacional de 17,75 millones de hectáreas". Aunque menor que la prevista inicialmente (18,2 millones), ese área sojera representa un incremento de 850.000 hectáreas respecto de la campaña anterior.
Fue prácticamente el único saldo positivo que dejaron las tan esperadas lluvias, que llegaron demasiado tarde para socorrer a los cultivos de maíz y girasol. En ambos casos, la siembra ya había concluido. En el primer caso, se cubrieron con la forrajera sólo 2,38 millones de hectáreas, un 25,5% menos que en 2008. Con poco más de 2 millones de hectáreas sembradas que ya comenzaron a levantarse, por su lado la oleaginosa muestra un gran nivel de daño: sus rindes caen 51% en promedio.
La Bolsa de Cereales, a pesar de las lluvias, no levantó el tono pesimista de sus estimaciones sobre la próxima cosecha de soja, ya que mantuvo su pronóstico en torno a las 40 millones de toneladas, un volumen 14% inferior al de año pasado, cuando se cosecharon 46,5 millones. De todos modos, la soja es el único cultivo que, a esta altura de la sequía, puede brindar algún consuelo a los chacareros.
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