Un fino curso de agua arribó para apaciguar y tranquilizar a los numerosos pampeños, después de más de dos meses. Una copiosa lluvia de 80 milímetros que se abatió sobre esta zona el pasado viernes ayudó a recorrer los 2 kilómetros que faltaban para arribar en la tarde del sábado por el cauce del canal.
La crisis hídrica del pueblo ubicado en el final del recorrido del Canal de Dios se potenció por las altas temperaturas reinantes en la zona; el manejo inescrupuloso de gente que desvió el cauce para llenar represas particulares, entre otras cuestiones que fueron tenidas en cuenta por las autoridades, tanto municipales como provinciales, para adoptar medidas que eviten que este suceso se repita.
El problema se agudizó en vísperas de la última navidad, cuando las represas de la planta potabilizadora de esta ciudad se quedaron sin agua por un corte en la toma de Cabra Corral, en la provincia de Salta. Antes del 30 de diciembre pasado Salta reestableció el flujo de agua, pero ésta no llegó a Pampa de los Guanacos, por lo que desde la ciudad capital se enviaron camiones cisterna que se sumaron a la flota del municipio local para distribuir agua entre las familias, limitando a 500 litros por domicilio.
A medida que pasaban los días la situación se complicaba, y no se avizoraban buenas perspectivas para esta ciudad, los productores sentían la necesidad imperiosa del agua para su ganado, el comercio no podía operar como de costumbre, empresas que ejecutaban obras en la ciudad y sobre la ruta 16 debieron dar descanso a los obreros, los hoteles restringieron sus hospedajes por no contar con el agua necesaria.
En Cabra Corral, enviados de EL LIBERAL pudieron observar la precariedad con la que se desvía el agua hacia el Canal de Dios, utilizando troncos de árboles y bolsas de arenas que por el cupo variable enviado desde Salta el torrente del agua muchas veces arrastraba estas bolsas y árboles.
A todo esto se sumaron quienes derivaban agua hacia sus represas, lo que quedó en evidencia cuando el corresponsal de EL LIBERAL fotografió como, a pesar de la prohibición, se derivaba hacia el canal Virgen del Carmen. De inmediato, la policía provincial comenzó a custodiar el canal, tarea a la que se sumaron en los últimos días los efectivos de Getoar.
Innumerables personas lucharon sin descanso para hacer posible que llegara el agua desde los empleados municipales, funcionarios, personal de Recursos Hídricos, policías, incluso los vecinos. |
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