La semana pasada hacíamos referencia a la escasez de agua y su relación con el calentamiento global, pero el agua se ve amenazada también por otra problemática y es "la contaminación".
Este término, tan mencionado, puede definirse como: el cambio o modificación de las características físicas, químicas y biológicas que perjudican el funcionamiento de los ecosistemas naturales.
El agua es uno de nuestros recursos naturales renobables; pero afectada por la contaminación, se convierte en un problema que no solo afecta al hombre sino también a muchas de las especies animales y vegetales, ya que es su medio de vida indispensable.
Los contaminantes del agua tienen 2 orígenes principales:
Uno totalmente Natural y se trata de sustancias minerales u orgánicas disueltas o en suspensión tales como el arsénico, cadmio, bacterias, gases provenientes de la atmósfera o de transformaciones bacterianas de materia orgánica, generalmente muy dispersas y no generan concentraciones altas de contaminación.
Por otro lado, las originadas por el Hombre, el desarrollo y la industrialización suponen un mayor uso de agua y la generación de una gran cantidad de residuos, muchos de los cuales son vertidos al agua, tanto superficial como subterránea. Estos residuos que llegan a los cuerpos de agua, pueden ser sólidos o líquidos, y suelen denominarse aguas residuales, y en su mayoría llevan productos derivados de la actividad industrial, agrícola y doméstica.
Muchas veces centramos los problemas de este tipo, en otros lugares, los medios masivos nos informan de una empresa llamada Botnia que impactará fuertemente sobre el río.
Pero el objetivo de estas columnas pasa precisamente por no olvidar lo que está sucediendo y a la vez mirarnos el ombligo. Campana y la región cuentan con cientos de empresas que inevitablemente manipulan y utilizan agua, muchas de ellas, más allá de un supuesto tratamiento, vuelcan sus desperdicios líquidos, (muchas veces llamado agua) al río Paraná, hecho que nos pone a pensar, si bien no en un corte de ruta, si en la responsabilidad que a todos nos toca para exigir que esas empresas realicen los procedimientos necesarios para no arrojar esos desperdicios al agua, y si eso se torna inevitable, que lo hagan con los controles mas estrictos.
La otra arista de este problema tiene que ver con la conducta de cada uno de nosotros, arrojar desperdicios en los causes de agua, enterrar desperdicios tales como baterías y pilas, son conductas cuestionables y evitables.
Por eso mas allá de tener que luchar contra los grandes generadores de contaminación, nuestras acciones permitirán, llegado el momento, arrojar la primera piedra al momento de cuestionar. Cuidar el agua y su pureza es un problema de todos y no de las grandes empresas.
Richard Bach, escribió alguna vez "Todo lo que yo hago es una gota en el océano así de pequeño es lo que podemos hacer, y sin embargo, si yo no lo hiciera al océano le faltaría una gota."
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