Un alud de barro, agua y troncos arrasó ayer numerosos barrios de la ciudad de Tartagal, por lo que centenares de personas debieron ser evacuadas. El fenómeno se produjo como consecuencia de la crecida del río que atraviesa esa ciudad del norte salteño. El barro llegó a una altura superior a un metro en algunos sectores céntricos, y anoche aún eran buscadas dos mujeres mayores. Funcionarios nacionales afirmaron que hubo víctimas mortales.
El jefe de Gabinete, Sergio Massa, afirmó que "hay pérdidas de vidas que lamentar", sin dar más precisiones. En tanto, el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, aseguró que el desastre afectó, de una u otra forma, a 10.000 personas.
"La zona es un desastre total", dijo Urtubey, que visitó la ciudad afectada por la inundación y en la que unos 500 habitantes eran atendidos anoche en centros para evacuados. Además, los habitantes se quedaron aislados, sin servicio telefónico ni energía eléctrica.
El Gobierno dispuso el viaje a la zona de una delegación de importantes funcionarios, encabezados por el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y envió ayuda material (de lo que se informa por separado).
Fue un estruendo en el cauce del río el único aviso sobre lo que sucedería minutos después. La inundación no dio tiempo a ninguna medida preventiva y muchos vieron cómo el lodo ingresaba en sus casas. La fuerza del agua arrastró vehículos, y gran parte de la ciudad, distante 369 kilómetros al norte de la capital provincial, quedó anegada.
También derrumbó un puente ferroviario y su estructura fue a dar contra el puente carretero ubicado en la avenida Packham, de acceso al centro de Tartagal, que colapsó, por lo que quedó virtualmente cortada en dos la ciudad.
Cayeron también postes eléctricos, a causa de lo cual, desde la mañana, quedaron interrumpidos el servicio eléctrico y la provisión de agua en algunos sectores, y sólo a la tarde se normalizó en algunos sectores.
Mario Mongeli, dirigente del Centro Empresario de Tartagal, dijo que el barro ocupó una franja de 10 cuadras de ancho, cinco a cada lado del río y que se habrían afectado alrededor de un millar de viviendas, algunas de las cuales quedaron destruidas, y muchas otras, de madera, fueron llevadas por el torrente.
La periodista Mabel Carrizo, de VideoTar, destacó que, a pesar del paro policial, que tiene un alto acatamiento en la provincia, los efectivos participaron de las operaciones de auxilio. Comentó que la policía inicialmente reportó la desaparición de cuatro mujeres: dos jóvenes y dos mayores, de 60 y 70 años, y también se habló de dos muertos, pero no hubo ninguna confirmación oficial.
Los evacuados fueron llevados a Gendarmería Nacional, al regimiento Juana Azurduy, a Cáritas y a dos escuelas.
Posibles causas
El fenómeno se habría originado por las intensas lluvias de los últimos días en la llamada Laguna del Cielo, en las serranías al oeste de la ciudad, lo que habría causado el desprendimiento de tierra de la ladera que se precipitó con fuerza sobre el cauce, a una distancia de un kilómetro.
Otra versión atribuye la inundación al colapso del puente ferroviario, situación que obstaculizó el normal cauce del río y lo desvió hacia la ciudad. También se habló de la responsabilidad de una obra que se estaría haciendo para el acopio de agua en el oeste de Tartagal.
La Subsecretaría de Defensa Civil trabaja junto a la Municipalidad de Tartagal y efectivos de la Gendarmería y del Ejército en la asistencia de los damnificados.
La magnitud del fenómeno provocó casos en los que los pobladores se quedaron encerrados en casas porque las puertas estaban taponadas por el barro, y tuvieron que ser auxiliados con tractores.
Para aumentar la incertidumbre en la zona, el envío de ayuda desde la capital salteña se puede ver comprometida por la huelga policial, ya que los agentes cortaron el tránsito en la ruta nacional 9, donde se formaron filas de varios kilómetros de camiones, ómnibus y automóviles.
Respecto de la situación sanitaria, Jorge Tapia, gerente de Atención a las Personas del Hospital de Tartagal, indicó que se dispuso una alerta en las guardias y en el sistema de ambulancias, pero que no se habían registrado emergencias médicas.
A comienzos de 2006, Tartagal fue afectada por un desastre natural también provocado por el desborde del río. Esto motivó el inicio de obras con fondos nacionales de encauzamiento, que todavía se están realizando. Precisamente, el puente colapsado en la avenida Packham iba a ser reemplazado. Hubo demoras en los trabajos y en la llegada de recursos federales, a pesar de los insistentes reclamos.
Ecologistas culpan a la destrucción de bosques
Explican el fenómeno por los desmontes.
La organización ambientalista Greenpeace afirmó ayer que el alud de barro y agua que arrasó viviendas y autos en la ciudad salteña de Tartagal es "consecuencia directa" de la "destrucción" de bosques nativos.
Según especialistas de Greenpeace, la zona inundada "es una de las más afectadas por los desmontes" realizados para "ampliar la frontera agrícola", y sufre "los impactos de la explotación maderera sin control".
En un documento, citado por la agencia DyN, Greenpeace señaló que, tal como ocurrió en 2006, las inundaciones en el norte de Salta "son consecuencia directa del irracional proceso de destrucción al que se encuentran sometidos los últimos bosques nativos [ante] la falta de una política firme contra los desmontes".
El informe difundido por los ambientalistas destacó que Salta "es una de las provincias con mayores niveles de deforestación del país", según datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable.
De acuerdo con las estadísticas, la superficie deforestada entre 1998 y 2002 fue de 194.389 hectáreas, pero en los cuatro años siguientes el número se duplicó hasta alcanzar las 414.934 hectáreas.
Hernán Giardini, coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace, explicó: "La gran cantidad de desmontes para producir soja [realizados en los últimos años] en la zona cercana a Tartagal son una de las principales causas de las inundaciones. Las altas precipitaciones, sumadas a la pérdida de cobertura vegetal, incluso casi a la vera de los ríos, generaron un verdadero cóctel destructivo".
La ausencia de la vegetación propia del lugar, según el especialista, hizo que la estructura de las laderas se volviera cada vez más inestable, dejara de garantizar una retención suficiente de agua y se acelerara el escurrimiento superficial del territorio.
Los desmontes en Salta, según resaltó el grupo ambientalista, aumentaron durante 2007, cuando el gobierno local autorizó el desmonte de más de 400.000 ha, al mismo tiempo que el Congreso aprobó la ley de bosques, todavía sin promulgar por la presidenta Cristina Fernández.
En diciembre, la Corte Suprema de Justicia respaldó un recurso de amparo presentado por comunidades originarias salteñas y ordenó a las autoridades locales suspender la tala de árboles.
Campaña de la Red Solidaria
"Esta catástrofe pone de manifiesto la pobreza existente", dijo Juan Carr, de la Red Solidaria (011-4796-3923), que comenzó una campaña para recibir donaciones de antibióticos, pañales y zapatillas, que se reciben en la parroquia Santo Tomás Moro, en Urquiza 1450, en Vicente López. |
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