La grave sequía que venían soportando los pampeanos desde años anteriores, ya que las lluvias son muy escasas, recibió un paliativo con una generosa precipitación.
Según dicen algunos pobladores, para que el campo no tenga dificultades es necesario que las lluvias superen los 1200 milímetros anuales. De acuerdo con los registros anuales que brindó a NORTE la cooperativa agropecuaria local, desde 2007 no han llegado a esa cifra. Ese año se registró un total de 1002 milímetros, y la mayor marca se dio en noviembre con 181 milímetros, con la suma de siete eventos meteorológicos. Podemos decir que el dato, en cuanto a registros se refiere, en 2008 fue inferior aun, ya que la suma de éstos fue tan solo de 661 milímetros, con el registro mayor en octubre, en seis registros llegó a un total de 162 milímetros.
A mediados de enero pasado, las precipitaciones en cinco mediciones dejaron un registro de 159 milímetros, y en lo que va de febrero ésta es la primera lluvia uniforme de setenta milímetros, hasta las 12 del viernes 6, continuando las lluvias intermitentes y registrándose una nueva precipitación entre el domingo y lunes último que alcanzó 70 milímetros. No hubo tormentas fuertes, lo que significa un leve alivio para los productores, algunos se encontraban aplicando dosis vitamínicas, calcio y otros minerales, por la escasez de pastura, que en esta época solía ser de bonanza para el campo, en donde las vacas alcanzaban buen estado corporal y la preocupación era vacunar contra mancha y carbunclo, porque corrían el riesgo de morir de esta enfermedad. En estos momentos se corre el riesgo de que mueran de flacas, si no se las calcifica y suplementa la alimentación al ser tan escasas la pasturas por la falta de lluvia y el calor reinante, que quema la poca alimentación existente.
En cuanto a agricultura, no son muy alentadoras las noticias. Se pueden observar chacras con plantas marchitas, con cargas en los frutos casi ausentes y lo poco que existe en tamaños muy pequeños, cuyos rindes no superarán el cincuenta por ciento. Casi no hubo venta de hortalizas, en esta ciudad a la que se la llamaba la capital de la hortaliza. El algodón casi ha desaparecido y hay que tener en cuenta que ésta que es una de las fuentes de trabajo más importante de los pampeanos. ¿Y qué podemos decir de los granos? Sin palabras. Da pena ver todo esto, ver postergado el progreso y truncados los sueños.
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