Mientras el proyecto de saneamiento de la bahía termina y se detiene el vertimiento de aguas negras a los ríos, a los promotores se les exige construir pequeñas plantas de tratamiento, cuyo destino es desaparecer para que las aguas sean tratadas en una planta central.
“No es eficiente tener plantas por toda la ciudad”, explicó Juan A. Ducruet, director del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan).
Eso significa que los fondos van a terminar en estructuras desactivadas. “No es consuelo para los promotores que invirtieron y están amarrados a pagar los mantenimientos”, dijo Ducruet.
La construcción de una planta para 500 casas cuesta unos 300 mil dólares, más 2 mil 500 dólares mensuales de mantenimiento. Aunque por ley deberían cederse al Idaan, hoy todos los costos los asumen los promotores.
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