Ocho personas eran contabilizadas ayer como desaparecidas en Tartagal, donde el aluvión de lodo provocó la evacuación de 742 pobladores y múltiples daños en la ciudad, por lo que los gobiernos nacional y de Salta implementaron un operativo de asistencia ante la catástrofe.
Autoridades del Gobierno salteño, que coordinan las tareas de búsqueda y asistencia de personas, confirmaron que ahora son ocho las personas desaparecidas, dado que tres niños que eran buscados el lunes fueron rescatados esa misma noche por Gendarmería Nacional en buen estado de salud.
Asimismo, persiste la búsqueda de dos mujeres mayores de 65 años que fueron arrastradas por la corriente del río Tartagal cuando el aluvión se llevó su casa, construida en una de las orillas del curso de agua.
Las mujeres buscadas fueron identificadas como Modesta Rivera y Rosa Alfaro, abuela y madre de Silvia Alfaro, quien logró rescatar a su hija de dos años de la caída de la vivienda donde se encontraba su familia.
Alfaro recordó que con su esposo lograron rescatar a la niña cuando comenzó la lluvia, pero “la casa se desarmó y hay gente que vio cuando el agua se las llevaba”.
El subjefe de Policía de Salta, Mario Paz, y el jefe de Defensa Civil, Gustavo Paul, informaron que continúan los rastrillajes aguas abajo del río para dar con posibles víctimas del aluvión.
El gobernador Juan Manuel Urtubey y los ministros de Interior y Desarrollo Social, Florencio Randazzo y Alicia Kirchner, volvieron a recorrer ayer las zonas afectadas por el aluvión y coordinaron el envío de asistencia a los pobladores de la zona.
En ese marco, Nación y Provincia enviaron al área de desastre 17 camiones con alimentos, medicinas, materiales de construcción y vestimenta para asistir a los evacuados y a los miles de damnificados por el aluvión.
Asimismo, el Ministerio de Salud salteño dispuso un rápido operativo para reforzar las tareas preventivas que eviten la proliferación de enfermedades hidrotransmisibles como diarreas, gastroenteritis, hepatitis A y leptopirosis.
Por eso, se ordenó tareas de vigilancia epidemiológica, la vacunación contra hepatitis A y el reparto de repelentes para entregar a la población con el objetivo de evitar el contacto con el mosquito Aedes Aegypti que transmite el dengue.
TRAGEDIA Y COLAPSO
Los funcionarios nacionales se mostraron sorprendidos por la magnitud de la catástrofe. Kirchner dijo que “cuanto más recorremos es más profundo lo que encontramos” y Randazzo resaltó que “hay cientos de árboles arrancados de raíz”.
Ambos coincidieron en que la Nación trabajará en forma coordinada con la provincia y el municipio “para poder ayudar a los que perdieron todo”.
Kirchner aseguró que la Nación brindará ayuda a la Intendencia “para que compre terrenos más altos y esta situación no se vuelva a repetir”.
El intendente de Tartagal, Sergio Leavy, calificó de “tragedia” al aluvión y remarcó que el lunes “colapsó un puente ferroviario de cincuenta metros de largo” y fue a parar contra el puente carretero.
Leavy admitió que el puente carretero que la Nación pensaba construir para reemplazar el actual iba a tener 22 metros, “pero no sabemos si hubiese resistido” la presión del agua que bajó de los cerros.
“No podemos creer la cantidad de palos que arrastró esta lluvia a ambos lados. Nunca vimos tanto arrastre”, resaltó.
Ante ello, la senadora nacional romerista Sonia Escudero (PJ) reclamó a la Nación que “cumpla con las obras prometidas” para evitar que esta situación se repita.
POLÉMICA ABIERTA
Por su parte, el ministro de Ambiente de la provincia, Julio Nasser, sostuvo que el aluvión fue causado por las características ambientales y geológicas de la zona y no por deforestación, pero ambientalistas y vecinos reiteraron que la destrucción de bosques facilitó el ingreso de agua y barro a la ciudad, donde hallaron troncos de árboles aserrados.
Si bien todos reconocieron que la fuerza de la naturaleza puede superar las previsiones, la polémica en torno a los desmontes que desde hace casi una década se realizan en Salta se reavivó ahora con la aparición de enormes troncos aserrados en las calles de Tartagal, que fueron arrastrados el lunes por el alud.
Nasser recordó que Tartagal se encuentra en una zona de Yungas y que, debido a las características del ambiente y clima, el suelo acumula gran cantidad de energía en forma de mantillo, lo cual posibilita mayor captación del agua y de la vida animal. Dijo también que durante la gestión de Urtubey no se autorizó ningún desmonte en la provincia.
Por su parte, el especialista del CONICET e integrante del Panel de Cambio Climático de la ONU, Osvaldo Canziani, sostuvo que “la desforestación y el aumento de las lluvias fueron las causas del alud de barro en Tartagal”.
Canziani lamentó “que se siga talando árboles, a pesar de existir una ley de bosques” y recordó, en diálogo con radio Continental, que “el hombre quiere convertir todo en oro, pero el oro no se come”.
En ese tono, dirigentes ambientalistas de distintas organizaciones locales reiteraron su opinión de que el aluvión fue “consecuencia directa” de la “destrucción” de bosques.
|
|
|