Sobre llovido, mojado. A poco más de una semana de la terrible tormenta que azotó Rosario, dejó un saldo de 8 muertos y una ciudad en estado crítico, ayer cayeron 62 milímetros de agua desde las 9.52 hasta las 16, lo que provocó el anegamiento de calles y zanjas, en su mayoría de la zona noroeste. Esta vez sí hubo alerta meteorológica y no se registraron evacuados. Pero el panorama urbano lejos estuvo de mejorar, ya que continuaron los reclamos sociales, aún quedan clientes sin luz y 30 árboles y ramas de gran porte por recoger.
El teléfono 103 de Defensa Civil colapsó apenas comenzó la lluvia, una mujer fue atropellada en zona sur por un camión que, según los vecinos, desvió su camino por un piquete (ver página 5), en el acceso a la autopista a Santa Fe se produjo un violento choque cuando el agua caía a baldazos, en Circunvalación y Mendoza volcó un camión cargado con papas y un colectivo se despistó a la altura de Uriburu(ver página 4). Para hoy se pronostica una jornada nublada, pero no se habla de lluvia.
"La diferencia fue total entre esta tormenta y la de la semana pasada, cuando el viento provocó estragos", aseguró ayer el secretario de Servicios Públicos, Gustavo Leone. El funcionario precisó que ocho camiones (4 del municipio y 4 de Aguas Santafesinas) y 15 cuadrillas realizaron trabajos puntuales de "desobstrucción" en bocas de tormenta y sumideros.
Un panorama similar brindó el titular de Defensa Civil, Raúl Rainone. "No hay evacuados, pero en zonas del noroeste, como barrio Industrial y La Lagunita, se instalaron bombas para sacar el agua de las calles porque históricamente allí no hay buen drenaje. Además, aún quedan tres decenas de árboles de gran porte y ramas por recoger de los 900 denunciados el lunes de la semana pasada", indicó el funcionario.
Rainone confirmó que ayer, apenas comenzada la tormenta y a pesar de la presencia de cuatro operadores en el área, colapsó la línea telefónica de Defensa Civil. "Entraron 300 llamados juntos en pocos minutos", dijo antes de explicar que con las horas la comunicación se normalizó y se siguieron recepcionado llamados durante toda la jornada.
Fuego cruzado. Mientras tanto, los reclamos sociales no cesaron. LaCapital publicó el domingo un reportaje al intendente Miguel Lifschitz en el que el jefe comunal señaló que en los piquetes hubo presencia de sectores del peronismo y de la izquierda. Y ayer le salió al cruce el secretario general del Partido Justicialista de Santa Fe, Luis Barrionuevo.
En medio de la contienda verbal, Raúl Castells junto a miembros del Movimiento Independiente de Desocupados y Jubilados (MIDJ) provocó graves destrozos en una dependencia del Ministerio de Trabajo de la Nación.
El hecho sucedió pasadas las 10 y sacudió el centro de la ciudad cuando una columna que acompañaba al líder piquetero se separó del resto de los manifestantes y la emprendió a pedradas contra la oficina que la dependencia nacional tiene en Mendoza 950. Como resultado hubo decenas de vidrios rotos.
Así, a más de una semana del violento temporal que azotó la ciudad, el clima no da respiro. Los 62 milímetros de ayer volvieron a desnudar deficiencias de infraestructura, como sumideros tapados y calles anegadas. Si el pronóstico se cumple, tal vez hoy la ciudad comience a reponerse del meteoro.
El temporal de ayer sumó nuevos cortes de energía
Justo cuando la Empresa Provincial de la Energía (EPE) había solucionado los problemas que dejó la tormenta de hace ocho días, cientos de vecinos de los barrios San Eduardo y Aldea, en la zona oeste, volvieron a quedarse sin luz ya que se inundaron tres subestaciones de media tensión. Con el temporal de ayer reaparecieron los problemas.
"Ya salimos de la situación generada por la tormenta de la semana pasada. Los trabajos ahora consisten en normalizar la red, que en muchos casos fue reparada de emergencia", explicó LaCapital Raúl Stival, gerente de Relaciones Institucionales de la EPE.
Pero, si bien no fueron de gran magnitud, los chaparrones de ayer acarrearon nuevos inconvenientes para los clientes de la zona oeste, puntualmente en San Eduardo y Aldea donde varias cuadras se quedaron sin el suministro eléctrico.
"Se inundaron tres subestaciones de media tensión. Las cuadrillas están trabajando en la red subterránea para desagotarlas", estimó el funcionario antes de remarcar que la solución llegaría al cierre de esta edición. Y recordó que en la zona sur también hubo algunos problemas "puntuales de baja tensión".
En virtud de los cientos de reclamos que llegaron a la compañía eléctrica tras el violento temporal del lunes 2 de febrero y que tuvo al máximo de su capacidad operativa a las cuadrillas de operarios, el referente de la EPE explicó que la demanda de reclamos "ya volvió a la normalidad; se registró un promedio de 45 llamados por día por problemas menores. Por suerte está cerrada la emergencia", subrayó Stival.
Aunque para los vecinos de bulevar Seguí y Suipacha la reposición del servicio no fue óptima. Luego de casi siete días sin energía, el fluido volvió con una potencia de entre 250 y 260 voltios, cuando lo normal es 220. El sacudón quemó varios electrodomésticos, como heladeras y televisores.
Apenas ocurrió la tormenta y transcurridos varios días sin luz, comerciantes de la misma zona debieron tirar gran cantidad de alimentos perecederos al no poder refrigerarlos.
Tras la tormenta de hace ocho días, 250 mil viviendas quedaron sin luz en el sur de provincial y unos 80 mil clientes sufrieron los efectos en Rosario.
El vendaval inundó 12 subestaciones transformadoras y 16 redes de media tensión salieron de servicio.
Según datos de la EPE, la tormenta dejó averías en 7 torres de alta tensión, 165 subestaciones transformadoras, afectando a 871 zonas de baja tensión y 26 de media. La empresa debió atender más de 6.400 llamados.
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