El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, admitió ayer que si la crecida del río “no traía la cantidad de árboles que trajo, probablemente esta situación no hubiera sucedido”, pero negó que el desastre se haya debido a la tala indiscriminada, como denuncian los ambientalistas y los vecinos de Tartagal. “Lo que ha pasado es que se ha desbarrancado parte del cerro”, sostuvo el gobernador. Por su parte, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, confirmó que “los comentarios son que esto se origina a partir de un desmonte importante”, aunque advirtió que “hay que comprobar” la veracidad de esa información, “más allá de que cuando uno ve lo ocurrido se encuentra con que hay cientos de árboles” caídos.
Randazzo llegó a Tartagal acompañado por la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. El ministro del Interior insistió en que “hay que comprobar” la certeza de las denuncias sobre el desmonte compulsivo porque hay “árboles arrancados desde las raíces, que han formado en el puente ferroviario, que está justo en el río Tartagal, un dique de contención hasta que la presión del agua llegó y arrancó el puente y ahí desbordó el agua en toda la ciudad”.
El ministro de Ambiente salteño, Julio Nasser, sostuvo que el aluvión responde “a las características ambientales y no a las deforestaciones efectuadas en el lugar”, en respuesta a las denuncias frente a la aparición de troncos aserrados en las calles de Tartagal. Nasser sostuvo que “la combinación más importante es la relación geoambiente, clima y hombre”. De todos modos, insistió en que “es común que sucedan, a lo largo de la ruta 34, procesos de movimientos que generan avalanchas de desechos y flujos densos”. El ministro aseguró, además, que durante la gestión Urtubey “no se autorizó ningún desmonte en la provincia”.
En cambio, el especialista del Conicet e integrante del Panel de Cambio Climático de la ONU, Osvaldo Canziani, sostuvo que “la desforestación y el aumento de las lluvias fueron las causas del alud” y lamentó que “sigan talando árboles, a pesar de existir una ley de bosques” que lo prohíbe.
Agua, vacunas y herramientas
Alimentos, agua, ropa, colchones y medicamentos, entre otras cosas, comenzaron a llegar durante las primeras horas de ayer a Tartagal luego de que un alud obligara a más de mil personas a abandonar sus casas. La ayuda llegó un día después del aterrizaje de los titulares de las carteras de Desarrollo Social e Interior en la zona de desastre. Tras sobrevolar la zona junto con el gobernador de Salta, Manuel Urtubey, los funcionarios iniciaron la organización de los envíos.
Hasta el momento, el ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Alicia Kirchner, envió cerca de 114 mil unidades de alimentos, 60 mil botellas de un litro de agua, mil packs de pañales, 2500 colchones de una plaza y otras tantos conjuntos de mudas de ropa y zapatillas. “En sus últimos llamados, la ministra solicitó el envío de carretillas, palas y herramientas de trabajo para sacar el barro de adentro de las casas”, destacó el viceministro de esa cartera, Carlos Castagneto, a cargo de la coordinación desde Buenos Aires de los pedidos.
Por su parte, el gobierno salteño envió cargamentos con elementos similares, además de lavandina, vacunas contra la hepatitis “A” y repelentes para prevenir el contacto con el mosquito que transmite el dengue. En tanto, el Ejército dispuso dos plantas potabilizadoras en la zona donde están ubicados los damnificados, además del equipo de efectivos para operarlas |
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