Un comunicado de Greenpeace concluyó que la tala indiscriminada de bosques nativos fue una de las principales causas del desborde del Río Tartagal. Luego de realizar ayer un relevamiento de “la gran cantidad de hectáreas desmontadas en la cuenca alta del Río Tartagal” y de la “explotación maderera sin control”, la organización ambientalista entendió que sin la vegetación propia del lugar, la estructura de las laderas se vuelve cada vez más inestable, no logra retener el agua, se acelera el escurrimiento superficial, y con las grandes crecidas “no hay puente ni camino que resista”.
Árboles arrancados
Por su parte, y en diálogo con radio Mitre, el ministro del Interior nacional, Florencio Randazzo, relativizó esas afirmaciones, al señalar que "hay que comprobar (la relación de los desmontes con las inundaciones), más allá que uno cuando ve lo que ha ocurrido se encuentra con que hay cientos de árboles".
“Se observan árboles arrancados desde las raíces, que han formado en el puente ferroviario, que está justo en el río Tartagal, un dique de contención hasta que la presión del agua llegó y arrancó el puente y ahí desbordó el agua en toda la ciudad", agregó.
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable provincial, Julio Nasser, sostuvo ayer que el aluvión en Tartagal fue causado por las características ambientales y geológicas de la zona y no por deforestación. |
|
|