"La inundación ya pasó, ahora quedan las secuelas". Con esa frase Francisco Marinaro Rodo, coordinador operativo del Comité de Emergencia de Salta, reflejó el panorama de que se vive en Tartagal luego del alud que arrasó cuanto se interpuso en su camino.
"La situación era desastrosa. Cuadras enteras completamente arrasadas, sin señal alguna que indicara la presencia de viviendas", recordó en diálogo con lanacion.com.
Sin agua, sin electricidad y con dificultades para el transporte, Tartagal se prepara para enfrentar las consecuencias del desastre que causó el alud de tierra que afectó el lunes a la ciudad norteña.
Pese al peligro de derrumbes, unos 3500 vecinos del barrio Santa María se niegan a abandonar sus viviendas situadas a la vera del río, el mismo cauce que transformó en escombros una ciudad entera.
"Tienen miedo por los robos", explicó Marinaro Rodo, que mantiene contacto diario con ellos.
Sin embargo, la cercanía de este barrio del sur de Tartagal con el río genera peligros. "Si vuelve a llover es probable que haya más derrumbes", advirtió el coordinador del Comité de Emergencia a lanacion.com.
Funcionarios del gobierno nacional y provincial que sobrevolaron ayer la zona del desastre temen que se repita el alud, ya que observaron el desprendimiento de una porción de la ladera, lo que podría generar, con fuertes lluvias, otro aluvión.
"Hacemos asistencia casa por casa. Tratamos de concientizarlos sobre los peligros que implica que se queden en sus viviendas si vuelve a llover", indicó Marinaro Rodo. Como el trabajo no es nada fácil, también cuentan con el apoyo de un grupo de psicólogos que analiza el caso de cada familia.
Según explicaron desde el gobierno de Salta, la tarea de los grupos de ayuda también consiste en hacer un seguimiento de la situación de cada familia; brindarles agua, colchones o ropa seca y hacer una evaluación del estado en que se encuentra cada vivienda. "Las casas están totalmente llenas de barro, rotas por donde se las mire", afirmó el funcionario.
Ayuda. "No esperábamos un alud en Tartagal", reconoció Marinaro Rodo. El Comité de Emergencia que trabaja en Tartagal recibe la ayuda que llega desde el aeropuerto de General Mosconi, a siete kilómetros de la ciudad arrasada, uno de los tres centros para emergencias que instaló la provincia antes del desastre.
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