Después de la 125 que desató la guerra gaucha, después de la sequía histórica que echó a perder buena parte de la cosecha 2009, como si algo más hiciera falta, al campo llegó una plaga. Millones de langostas afectaron esta semana plantaciones y pasturas en el departamento de Andalgalá, ubicado en la zona oeste de la provincia de Catamarca, a unos 250 kilómetros al sur de la capital, según informaron ayer productores de la zona.
Los trabajadores señalaron que “las langostas están avanzando hacia la zona central y norte de la región, provocando la depredación de pasturas, plantaciones y cultivos estacionales”.
La reaparición de este tipo de plaga se debe a la sequía que afecta a la región y a gran parte del país. Varias zonas del noroeste, del norte y de la región pampeana se vieron afectadas durante 2008 y lo que va de 2009 por una escasez de lluvias que no conoce antecedentes en cincuenta años. “La plaga de langostas está en todos los árboles, plantaciones, pasturas, y se procura evitar que ataquen las plantaciones de olivo y frutales”, contó Jorge Muro, productor de la zona.
El hombre explicó que las langostas avanzan desde el sur, pasando por el centro, y están llegando al norte de la provincia, donde además de depredar ponen huevos que devienen en una reproducción vertiginosa.
El director de Agricultura provincial, Juan Carlos Suárez, indicó que ayer se trasladaron al departamento de Andalgalá “camiones con personal y equipamiento necesario para hacer las aplicaciones químicas sobre la plaga”. “Contraatacar a las langostas es una tarea conjunta entre el Ministerio de Producción, el Senasa, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Subsecretaría de Agricultura y Agronomía de Zonas”, sostuvo el funcionario.
El cazatormentas, en boca de todos
“En febrero ya estamos por encima de los 100 mm, es increíble. Si te ponés a pensar que hace un mes atrás acá mirábamos para arriba y nada, y ahora vienen estas lluvias que yo no sé si estaban en los pronósticos. Ahora vinieron y bienvenidas sean, las traiga quien las traiga, la naturaleza o el cazatormentas. Yo no creo mucho, pero si esto sigue así me va a convencer”, dice Conrado Coscia, pequeño productor en una parcela de 30 hectáreas propia y en 370 arrendadas en el partido de Ramallo donde ayer el cazatormentas Jorge Pelourson estuvo en boca de todos. Para valorarlo o para defenestrarlo, nadie dejó de hablar del hombre que fue contratado por la cooperativa local para combatir la sequía con su misterioso “don” que remite a “una cuestión de fe”, tal como divulgó ayer este diario. Pelourson cobró 50 mil pesos por su “trabajo”.
Empapado por el aguacero –llovió en casi todo el país– Coscia resume el estado de ánimo del resto de los chacareros. “La lluvia cayo mansa (78 milímetros) y eso ayuda a la absorción. Acá ya habíamos perdido la siembra de maíz y trigo. Con esto, la soja está viva”.
|
|
|