La presidenta Cristina Fernández visitó ayer Tartagal, tras regresar de una gira oficial en España, y se comprometió a gestionar obras para reconstruir la ciudad, donde un erróneo aviso de evacuación generó alarma entre los pobladores, mientras continuaba la búsqueda de dos mujeres.
“La verdadera tragedia acá es la pobreza estructural”, dijo la Presidenta luego de recorrer varios puntos de la ciudad y destacó que “hay muchos ‘Tartagales’ en Argentina, demasiados para mi gusto”.
Fernández también lamentó que los pobladores de Tartagal no tengan acceso directo a la red de gas cuando esa localidad del norte de Salta “produce 23 millones cúbicos de gas”.
“La gente acá no está conectada a la red de gas y tiene que irse hasta otro lugar para buscar una garrafa. Eso lo tiene que ver el resto del país, porque a veces contrasta esto de la pobreza más absoluta que es una pobreza estructural”, acotó.
Además, anunció que se reforzará “la obra pública y ayuda en forma inmediata porque hay gente que se ha quedado sin nada”.
La Presidenta se mostró “impresionada” por la magnitud de los daños que provocó el aluvión del lunes, visitó la zona donde cayó un puente ferroviario y recorrió las casas de algunos pobladores ubicadas en las márgenes del río Tartagal.
Fernández de Kirchner arribó en un helicóptero, procedente de la ciudad de General Mosconi, acompañada por el gobernador Juan Manuel Urtubey y el vocero presidencial Miguel Núñez, mientras en Tartagal se reunió con los ministros del Interior, Florencio Randazzo, y de Desarrollo Social, Alicia Kirchner.
Luego se reunió con las autoridades locales en la Municipalidad y visitó varias viviendas, donde incluso debió cambiarse de ropa porque la sorprendió un chaparrón en medio del barro.

FALSA ALARMA
Tartagal volvió a conmocionarse cerca del mediodía de ayer cuando la prensa difundió alertas policiales de evacuación ante datos de intensas lluvias en la cuenca alta del río, lo que generó la movilización de decenas de pobladores que dejaron sus casas, reunieron a sus familiares y comenzaron a escapar por las calles de la ciudad.
Sin embargo, el alerta resultó ser erróneo y las autoridades expresaron sus quejas por la falta de responsabilidad en dar el aviso. “La gente echó a correr desesperada. Otros se desmayaron, creyendo que se venía otro alud. Pero estamos en condiciones de desmentirlo oficialmente”, dijo el secretario de Abordaje Territorial salteño, Francisco Marinaro.
El vicegobernador de Salta, Andrés Zottos, y el intendente de Tartagal, Sergio Leavy, afirmaron que “se va a investigar” cómo se llegó a dar el alerta porque dijeron que “el error de alguna persona ha causado perjuicios a muchos” pobladores.
Al parecer, la prensa local difundió informes de fuentes policiales que alertaban de un nuevo desmoronamiento en un sector del dique Itiyuro que a su vez pudo ser generado por el aviso de una tormenta en la zona de la planta del Aguay, de la empresa proveedora de agua en la provincia.
En tanto, brigadas de policías y gendarmes continuaban con la búsqueda de las dos mujeres que se encuentran desaparecidas desde el lunes cuando fueron vistas en medio del caudal del río arrastradas junto a su casa.
Las condiciones climáticas mejoraron ayer en Tartagal, donde la jornada estuvo soleada, con temperaturas superiores a los 30 grados, pero por la noche cayó una intensa lluvia que generó inconvenientes en las tareas de limpieza de los pobladores.
Funcionarios del comité de crisis que analizan la realización de nuevas obras en la ciudad para evitar aluviones similares, estimaron que las tareas de limpieza en Tartagal se extenderán durante un mes.
El director de Recursos Hídricos de Salta, Alfredo Fuertes, señaló de todas formas que “lo preocupante siguen siendo las nubes sobre las Sierras de San Antonio, donde se habría originado el desastre”.
En Tartagal, 432 personas seguían evacuadas alojadas en seis reparticiones dispuestas por el Gobierno, mientras unos 17 camiones con alimentos, ropas y materiales de construcción fueron enviados por los gobiernos nacional y provincial a la zona para ayudar a los damnificados.