Mientras avanzan las negociaciones de OSSE y el Concejo Deliberante para la compra de terrenos en el barrio Parque Peña, la operación, se confirmó ayer que dio el aval técnico la Comisión Permanente de Seguimiento y Monitoreo Ambiental, que desde hace tiempo viene bregando por la realización de una nueva planta de efluentes que contribuya a mejorar la calidad del tratamiento de los residuos cloacales de la ciudad.
Varios concejales mantendrán en las próximas horas una reunión con el dueño de los terrenos contribuir con OSSE en la negociación en torno al precio final del predio y otros detalles de la venta.
Se sabe que el predio tiene un valor aproximado de 11 millones de pesos y que, aunque sus dimensiones sean superiores a las necesarias para la obra, el propietario no estaría dispuesto a subdividirlo.
La adquisición de los terrenos es la vía más rápida de destrabar el avance de la obra de la planta, evitando los plazos de una expropiación en la legislatura.
En tanto, desde el punto de vista técnico, el sitio tiene aval técnico de la mencionada comisión que integran representantes de la UNMdP, el departamento Ejecutivo, el HCD, OSSE, el Colegio de Arquitectos, entidades fomentistas y Ong.
Pormenorizado análisis técnico
Este organismo respaldó y fundamentó la importancia de la adquisición de estos terrenos para la obra, aseverando que la actual planta "ha sido superada en su operatoria, no cumple con su objetivo y no retiene grasas y arenas" por lo que "un emisario correría riesgo de obstruirse". Además "tiene comprometida su estructura física" según técnicos y operarios.
Por otra parte la comisión informó en un comunicado de prensa que la actual planta "está ubicada en un espacio muy reducido" y sin posibilidades de extenderse. En tanto una nueva planta de tratamiento de efluentes cloacales debe programarse para, "por lo menos 50 años y posteriores ampliaciones".
Más adelante hicieron referencia a la resistencia que genera en los vecinos de la zona la ubicación actual, recordando que ya se han elevado firmas para su traslado y en apoyo a la gestión de Osse en pos de los terrenos que actualmente están en proceso de compra.
Desde el punto de vista técnico la comisión señaló que una planta de tratamiento de efluentes "siempre generará algún problema -gases etc.- por lo tanto debe estar en una zona aislada", mientras que en la actualidad genera fuertes olores por los gases que de allí emanan, afectando la calidad de vida del sector, teniendo en cuenta que su actual ubicación se encuentra sobre la ruta, en un punto de intenso tránsito vehicular y cercano al vecindario.
Asimismo la comisión entendió que en el presente emplazamiento el nuevo emprendimiento no obtendría el certificado de impacto ambiental, teniendo en cuenta el proyecto de ampliación de la ruta interbalnearia Nº 11.
"El tránsito de camiones atmosféricos sobre la costa es un inconveniente y, por resolución judicial deben dejar de volcar en el lugar" agrega el comunicado de la comisión, que recuerda que el municipio está pagando "multas diarias desde hace más de 10 años" por continuar volcando.
En tanto de no estar más esa planta "la recuperación de las playas de la zona generaría nuevos ingresos al municipio".
Los integrantes de la comisión aseguraron que "es una suerte para la ciudad que existan estas tierras disponibles frente a la planta" y más aún que exista "voluntad de venta" de parte de su propietario. En ese sentido apuntaron que "hacerla -la planta de efluentes- en otro lugar, tendría un costo que excedería ampliamente el valor" que se está considerando para esta propiedad de 184 hectáreas.
"Si el propietario vende las tierras a otra persona o la arrienda, la complicación sería absolutamente superior" señaló la comisión en el documento, advirtiendo que si bien la extensión de los terrenos es superior a la necesaria para el proyecto que se está poniendo en marcha "la compra resulta totalmente razonable pues se debe contemplar el crecimiento de la ciudad, su población y la consecuente mayor demanda de servicios sanitarios". Asimismo señalaron que es probable que en un futuro las autoridades ambientales requieran "un tratamiento aún más avanzado" lo que requeriría superficie adicional para aggiornarla.
A continuación, la comisión enfatizó que la construcción de la planta no es una obra aislada, sino que forma parte de un proyecto integral de tratamiento de efluentes cloacales de la ciudad, que incluye al emisario submarino, obra ya licitada y cuya construcción comenzará en un plazo de 2 meses.
"Ya hemos tenido la experiencia de una planta sin emisario y sabemos sus consecuencias. Ahora puede suceder tener un emisario sin planta, lo que es peor ya que no podría utilizarse sin el riesgo de inutilizarlo" advirtieron.
En ese sentido recordaron que "la ciudad ya tuvo dos intentos frustrados" de construcción de esa obra, por lo que consideraron que "debemos garantizar" que el actual proceso sea exitoso, para lo que "los plazos necesarios para la realización de la planta son importantes" dado el grado de avance de la obra del emisario.
Vale recordar que la compra de la tierra y su posterior posesión -trámites que demoran- son fundamentales para la definición del proyecto de obra, la realización del estudio de impacto ambiental y gestión del certificado de impacto ambiental, elaboración de los pliegos de licitación, llamados nacionales e internacionales, plazos de adjudicación, fabricación, construcción de la obra civil, conexión con el emisario y puesta en marcha.
Al respecto hay que tener en cuenta que en el mejor de los casos, las obras comenzarían recién en 2010, por lo que evitar cualquier demora es un dato relevante.
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