Un grupo de vecinos del sector Cordón Colón del barrio Islas Malvinas reclamó ayer por la mensura de sus terrenos en los que habitan desde hace más de quince años. Según indicaron, son veinte familias que conviven con el olor de las aguas servidas debido a la irregularidad de sus tierras.
“Al no tener mensurados los terrenos aparecen problemas como un pozo por el que hemos reclamado y nadie nos dio una solución”, denunció Daniela Aranda, vecina de lo que se conoce como El Cañadón, a metros de la calle Abraham.
“Mirar es una cosa y oler es otra. Es insoportable convivir con este foco de infección para todas las familias que habitamos en este lugar”, afirmó Aranda.
Otro de los vecinos, Alberto Aguayo, manifestó su preocupación por la salud de sus hijos que se están criando frente a un pozo de dos metros de largo y uno de profundidad que rebalsa de aguas servidas. “La mensura nos permitiría regularizar nuestra situación, que las familias no estén colgadas de la luz y que estos problemas con las cloacas se puedan ir solucionando. Los chicos tienen picaduras en sus brazos y tememos por su salud”, aseguró.
“Carlos di Camilo (subsecretario de Viviendas y Tierras Fiscales) se acercó en una oportunidad hasta aquí y nos dijo que por tan pocas personas no iba a hacer las obras porque es mucho gasto”, afirmó.
Los vecinos quemaron gomas y se quedaron a la vera de la calle Abraham, sin alcanzar a interrumpir el tránsito.
|
|
|