El aumento, hasta ayer, de los caudales de los ríos Piraí y Grande, los principales afluentes que atraviesan gran parte del territorio de Santa Cruz, no causó daños materiales ni humanos.
La información corresponde al director del Centro de Investigación Agrícola y Tropical (Siat) de la Prefectura, Luis Ernesto Aguilera, a propósito de la incidencia de las lluvias del martes y miércoles pasados.
Según el funcionario de la entidad descentralizada, pese a que el causal del río Grande alcanzó 4.38 metros, no se registraron daños, aunque mucho temor de los pobladores adyacentes al afluente.
“Pese a que las persistentes lluvias del martes y miércoles aumentaron considerablemente el caudal, no se produjeron inundaciones. Los ripios y muros de protección hechos con anterioridad resisten todavía la crecida de las aguas, aunque en algunos lugares se dieron los rebalses naturales”, afirmó Aguilera a la radio Erbol.
No obstante, admitió que la inusitada crecida de las aguas del río Grande alarma a los pobladores de regiones circundantes al afluente como Pailón, cuyas autoridades incluso ya alistaron un lugar, en caso de rebalse del mismo.
La cuenca alta del río Grande está en el Sur de la provincia Vallegrande y la parte Norte de la provincia Cordillera, donde existen varios ríos como el Masicurí y La Pesca.
Aguilera aseguró, sin embargo, que el caudal del río Piraí no pasa de los dos metros, por lo que todavía no representa peligro mayor para los pobladores que viven en sus alrededores.
“El problema está en la zona de Pailón, porque la fuerte lluvia en la cuenca alta del río Grande llovió 20 horas por lo que sus aguas mostraron su furia a su paso por Abapó”, expresó.
Al ser consultado sobre los daños humanos, el funcionario aseguró que la reciente crecida de estos dos ríos no causó ningún deceso.
Aunque recordó que las lluvias entre diciembre de 2007 y enero de este año, causaron la muerte de dos personas. “Estos fallecimientos en el río Grande fueron más por imprudencia de las víctimas que por causa del fenómeno natural”, afirmó.
CAPITAL CRUCEÑA
Entre tanto, las 15 horas de intensa lluvia en la capital cruceña, aumentó el caudal del río Piraí, alarmó a población y obligó a las autoridades del municipio, a la cabeza del alcalde Percy Fernández, declarar alerta naranja.
La precipitación pluvial que comenzó alrededor de las 23 horas del miércoles y se extendió incluso hasta el medio de ayer, afectó más a los barrios alejados, cuyas calles, avenidas y viviendas se inundaron.
Los canales de drenaje y desague inconclusos se obstruyeron con las riadas ocasionadas por la lluvia.
El municipio, ante la queja de los vecinos damnificados, apenas desplegó a los obreros y movilizó alguna maquinaria. Todavía no se cuantificó los daños. |
|
|