Mientras cientos de voluntarios trabajan en la reconstrucción de Tartagal y asisten a los afectados por el alud de agua y barro, algunos pobladores intentan volver a sus casas y retomar sus vidas. Pero no es fácil, en la zona afectada todavía hay lugares sin luz y no hay agua. En este contexto, el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, consideró que una de las mayores preocupaciones de su gobierno es garantizar el acceso de la gente al agua potable para evitar epidemias.
"Seguimos en la asistencia de comida y agua potable y trabajando en la cuestión sanitaria porque el drama es post- inundación. También estamos trabajando mucho frente al peligro del dengue ", explicó. Una de las cuestiones que más preocupa a los funcionarios es "garantizar el nivel sanitario" de sus pobladores.
En este sentido, recordó que "en Bolivia (que limita con la ciudad) se reportaron 20.000 casos de dengue" y explicó que por eso se está "intensificando la fumigación" para evitar un brote de esta enfermedad en la castigada localidad salteña.
"Estamos haciendo un trabajo muy fuerte de prevención y un fuerte esfuerzo para garantizar agua potable", remarcó. En cuanto a la provisión de alimentos y ayuda a los damnificados por el alud, el gobernador afirmó que gracias a la "solidaridad que se expresa no sólo en discursos, sino también en los envíos" de mercadería, hay abastecimiento.
Por otra parte, Urtubey volvió a anunciar un plan de viviendas para quienes perdieron todo. Pero aseguró que no se permitirá más a los pobladores de Tartagal afincarse en cercanías del río.
"Una vez que esté normalizada la situación vamos a construir viviendas, pero les vamos a decir a la gente que se aleje de la zona cercana al río, que es muy peligrosa", explicó. Y agregó que el problema es "el tiempo que va a demandar la construcción de las casas".
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