Un informe elaborado por ingenieros de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) en 2006, ya advertía sobre los riesgos de que ocurrieran nuevas catástrofes en Tartagal, tales como el que sucedió el lunes pasado.
El “Diagnóstico y Evaluación de la cuenca del Río Tartagal y área de influencia” que fue elaborado por Claudio Cabral y Gloria Plaza, aseguraba que en la cuenca alta “la cobertura vegetal ha sido alterada y modificada”, lo que había favorecido la erosión y los daños severos que sufrió la población de Tartagal a fines de 2005 y principios de 2006.
El informe, que fue elevado en su momento a la Municipalidad de Tartagal, apuntaba fundamentalmente a la apertura de caminos y habilitación de tierras para obras y plataformas por parte de las empresas petroleras que favorecen la erosión en masa; al “aprovechamiento forestal no planificado bajo pautas de manejo sustentable del bosque” que también realizaban apertura de caminos; y en menor medida a la ganadería extensiva.
Pero también a la extracción de áridos a la altura de la ciudad de Tartagal.
“La vulnerabilidad de la cuenca del Río Tartagal a nuevos eventos catastróficos es altamente probable que se repita”, concluye el informe.
El informe será presentado hoy en una conferencia de prensa que se realizará a las 11.30 en la Sala José Luis Cabezas del edificio de calle Buenos Aires 177 (Ex-Rectorado). Participará una de la autoras del trabajo, Gloria Plaza, y la rectora de la UNSa, Stella Pérez de Bianchi.
Alerta
Tal era la advetencia de que podía currir un nuevo desastre, que más allá de las acciones preentivas, los autores del informe recomendaron también “establecer pautas de prevención y alerta de la población y la diseminación de mecanismos y oportuna alerta temprana para agilizar la respuesta ante eventos catastróficos”.
Se destaca también, para evitar potenciales catástrofes, la realización de un plan de monitoreo y seguimiento de las actividades del hombre en la cuenca del Río Tartagal, “con el objetivo de lograr un aprovechamiento sustentable de los recursos naturales”.
Pero además, aconsejan un “estricto” control de las actividades petrolera, forestal y ganadera en la cuenca alta; de la extracción de áridos, la actividad forestal y la habilitación de tierras en la cuenca media; y el diseño de un ordenamiento territorial tanto de la cuenca del río como de la ciudad de Tartagal.
El documento también reclama “obras correctivas” que permitan mitigar los fenómenos erosivos intensificados. |
|
|