–¿La reglamentación de la Ley de Bosques fue en respuesta al alud salteño?
–No, la desgracia de Tartagal no tiene nada que ver con este anuncio. La reglamentación se inició el 15 de diciembre por pedido de la Presidenta.
–¿El desmonte causó el alud?
–No fue causa determinante.
–¿Se puede mensurar su influencia?
–No es serio poner porcentajes. Hay un montón de factores: hídricos, de asentamientos urbanos, el impacto de las explosiones de las petroleras y otros.
–La ley fue sancionada hace más de un año. ¿Por qué tardó tanto en ser reglamentada?
–El proyecto de reglamentación anterior tuvo un defecto de teoricidad. Además, al haber objeciones de parte de las provincias, la Presidenta no iba a aprobar algo que no garantizaba los consensos absolutos y era una mera declamación.
–¿Quiere decir que Cristina Fernández no tuvo responsabilidad en la demora?
–No es culpa de la Presidenta, como se planteó con simplismo y reduccionismo. Es la secretaría a cargo quien debe armar bien el proyecto, fundamentarlo y buscar los consensos políticos básicos.
–¿Romina Picolotti sí fue responsable?
–Mi antecesora no presentó un proyecto con viabilidad política para que pudiera salir. Por lo tanto, hay responsabilidad de quien tenía el área sustantiva a cargo. No hay que hacer discursos ni leyes para el bronce.
–¿Qué objetaban las provincias a la ley de Picolotti?
–Que tenía una visión unitaria: todo tenía que pasar por la secretaría. Entre que se presentaba un papel, se aprobaba y pasaba por las provincias, se hacía infinito.
–¿Las provincias no son, a veces, cómplices de las empresas deforestadoras?
–Eso lo tienen que resolver en elecciones los ciudadanos de las provincias. Y si hay alguna suciedad o situación de corrupción, que la denuncien ante la Justicia. Eso es el Estado de derecho.
–Las ONG ambientalistas objetaron algunos puntos de la reglamentación.
–Subestiman a los elegidos por el Estado de derecho. Usan lo ambiental como bandera.
–¿A quiénes se refiere?
–Sí, a Greenpeace, a Fundación Vida Silvestre, a FARN y las otras. La democracia son aquellos a quienes la gente votó, no quien se proclama tutor del medio ambiente en nombre de la sociedad, pero sin votos que lo legitimen.
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