El agua acumulada en el embalse de Escalerani apenas llega a un poco más de la mitad de la presa y si esta cantidad no es incrementada por las lluvias que caerán hasta marzo, el agua para la ciudad de Cochabamba se acabará en junio. Aunque la situación es preocupante, el directorio del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa) anunció que esperará a que se cumplan las predicciones del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) para asumir acciones que garanticen la dotación de agua a la ciudad en esta gestión.
Por las pocas lluvias que cayeron en las partes altas de la cordillera de la zona norte de la ciudad de Cochabamba, la represa de Escalerani en esta época del año sólo se llenó el 60 por ciento del embalse que tiene 47 metros de profundidad y una capacidad para acumular 6,7 millones de metros cúbicos de agua.
Funcionarios de Semapa que trabajan en esa región informaron que en este mes el embalse debe estar completamente lleno para garantizar una normal dotación de agua potable a la ciudad durante todo 2009, situación que hasta ahora no ocurrió, razón por la cual no descartan la necesidad de programar un racionamiento en la dotación.
Según cálculos efectuados por estos funcionarios, la presa tiene agua sólo hasta los 30 metros de altura, razón por la cual consideran que falta aproximadamente un 40 por ciento de agua para tener el embalse lleno.
Explicaron que la presa que existe en la cumbre está en similares condiciones, pues el agua sólo llegó a dos de los 3,5 metros de altura que contiene.
Según informaron en Semapa, el agua de Escalerani, junto a la que se extrae de los pozos perforados en Quillacollo y Taquiña, sirve para cubrir la mitad de la que se necesita en Cochabamba, pues la otra mitad proviene de la compra que Semapa efectúa a Misicuni. Aunque sólo el 50 por ciento de la ciudad cuenta con el servicio de agua potable y la dotación se realiza por algunas horas, se utilizan más de 500 litros por segundo para cubrir este requerimiento.
Hace un año la situación en este embalse era otra, pues rebalsó los primeros meses de la gestión 2008, debido a que las lluvias en todo el departamento cayeron con gran intensidad y la dotación de agua potable para toda la ciudad estuvo garantizada a lo largo de la gestión. El panorama para 2009 es completamente opuesto y, a pesar de esta situación, el presidente alterno del Directorio de Semapa, Rolando Morales, (quien también es secretario ejecutivo de la Alcaldía) informó que este tema empezará a ser considerado recién esta semana en una reunión de la máxima instancia de la entidad, que recibirá un informe de la Gerencia de Operaciones, respecto a la situación del embalse.
Morales considera que es necesario esperar el curso de las lluvias los próximos meses pues “el Senamhi pronostica fuertes lluvias a partir del 22 de este mes”, aunque admitió que, de no cumplirse este augurio, “a partir de julio habrá problemas” con la dotación del agua.
Problemas en otras regiones
La falta de agua en los embalses no es un problema específico de Cochabamba, pues aunque La Paz tiene cinco represas que garantizan la dotación de agua las 24 horas del día, todo el año, se prevé que en la gestión 2009 esto no ocurra debido a que sus embalses no se llenaron en su totalidad, igual que Escalerani.
La diferencia entre ambas regiones radica en la actuación de sus autoridades, pues en cuanto se conoció esta situación, el alcalde de la sede de gobierno, Juan del Granado, solicitó una reunión de emergencia con su empresa del agua (que ni siquiera es municipal como ocurre con Semapa en Cochabamba) para buscar soluciones y evitar que a medio año esta urbe se quede sin agua.
“Le estamos planteando a la empresa (Epsas) medidas de corto plazo sin confiarnos en el cambio climático en términos de mayores precipitaciones”, dijo tras explicar que se planteó como solución a corto plazo la construcción de tanques de agua en seis vertientes con un costo de 510 mil dólares.
En Cochabamba, el directorio de Semapa, presidido por el alcalde, Gonzalo Terceros, anunció que hará todo lo contrario y confiará en el cambio climático, que, según el Senamhi, empezará el 22 de este mes.
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