Por si no fuera poco, la sequía, además ocasionar fuertes pérdidas para el país en términos de exportaciones y empleos, también incidirá en las cuentas públicas, no sólo en las nacionales, sino también en las provinciales.
Ocurre que varias provincias agrícolas han declarado, en forma parcial o total, la emergencia agropecuaria, y han recortado los ingresos, por ejemplo, del impuesto inmobiliario que pagan los campos. Pero esto no es todo. Un informe de Ecolatina señala: "La ayuda del gobierno nacional hacia los productores afectados por la sequía es soportada en mayor medida por las provincias, ya que se trata del diferimiento del pago de impuestos coparticipables: las provincias soportarán el 44,8% del costo fiscal en el impuesto a las ganancias, 48,2% en ganancia mínima presunta y 59,4% en el caso de bienes personales".
Cabe recordar que la masa coparticipable, que se distribuye entre la Nación y las provincias, está formada principalmente por estos tributos. De esta forma, las provincias agrícolas no sólo percibirán menos ingresos por sus propios tributos, sino también por los giros que reciben a través de la coparticipación federal.
"Sin embargo, las provincias serían también las mayores beneficiarias del blanqueo de capitales que comenzará en marzo, ya que se apuntalaría la recaudación del impuesto a las ganancias", completa el informe de Ecolatina. El Gobierno apunta a superar con comodidad un piso de $ 5500 millones con el blanqueo de capitales y unos $ 19.000 millones con la moratoria impositiva, según estimaciones preliminares del régimen que se abrirá el mes próximo.
Volviendo a la sequía, Ecolatina afirma que sus efectos se derramarán a otros tributos provinciales, como ingresos brutos. Según el informe, la recaudación de este impuesto en siete provincias durante enero (Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Catamarca, Entre Ríos, Formosa y San Juan) creció un 23%, algo más de la mitad del registro de 2008 (42%).
En este contexto, Ecolatina estima: "De mantenerse el actual parate económico, es de esperar que la recaudación de impuestos provinciales continúe perdiendo dinamismo". Las proyecciones de la consultora prevén que para este año el crecimiento de estos recursos será el más moderado desde 2002.
La sequía afectará, principalmente, los ingresos por retenciones. Si bien estos tributos no se coparticipan con las provincias -algo que ayuda a entender por qué varios gobernadores no dudan en reclamar que se reduzcan- representan en torno del 10% de los ingresos tributarios y son una pieza fundamental de las finanzas públicas de la Nación, que a su vez es el último sostén de las finanzas provinciales: no sólo posee la mayor parte de la deuda de las provincias (alrededor del 70%), sino que además alimenta las arcas provinciales a través de las transferencias discrecionales, que se nutren, entre otros impuestos, de las retenciones. La sequía, así, terminará afectando a las provincias también por esta vía.
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