Como es normal en el desarrollo de los episodios de “La Niña”, cabe esperar que los meses de Febrero y Marzo, así como la primera quincena de Abril, registren una reactivación temporal de las precipitaciones que aportarán adecuadas cantidades de lluvias y aliviarán el estado los cultivos de verano y los pastizales y pasturas.
No obstante, deberá preverse la aparición de algunos riesgos: el incremento de la humedad edáfica y atmosférica provocará condiciones favorables para el desarrollo de enfermedades y plagas que, hasta el momento, habían quedado retrasadas por la sequía; al acercarse el inicio del otoño, las precipitaciones incrementarán su intensidad, aunque sin superar los valores normales, momento en que el riesgo de granizo y vientos alcanzará su mayor expresión.
No obstante, a partir de la segunda quincena de Abril, las precipitaciones reducirán su intensidad en toda el área agrícola nacional, dando lugar a una segunda parte del otoño y un invierno secos y con temperaturas superiores a lo normal en promedio, lo cual generará el riesgo de que las reservas de humedad de los suelos desciendan rápidamente.
Ello obligará a un cuidadoso manejo de las reservas de agua de los suelos, a fin de que este recurso no quede escaso para la siembra de la cosecha fina 2009/20010.
Asimismo, debe contemplarse la posibilidad de que se produzcan heladas tempranas, y que se produzca un prolongado lapso otoño-invernal con precipitaciones escasas, similar a los observados en 2007 y 2008, proceso que podría complicar la implantación y arranque de los cultivos de invierno correspondientes a la campaña 2009/2010.
También debe preverse un comienzo temprano de la temporada con heladas, las cuales podrían manifestarse, en el sur del área agrícola nacional, a partir de la segunda quincena de Abril.
Mirando la campaña 2009/2010
Los pronósticos de temperatura del Océano Pacífico Ecuatorial indican la posibilidad de que “La Niña” se disipe hacia mediados del invierno 2009, momento en que pasaría a condiciones neutrales.
Aunque esto determinaría el final del prolongado episodio de “La Niña” que afectó a las campañas agrícolas 2007/2008 y 2008/2009, es probable que la acción residual del fenómeno se extienda durante la segunda parte del invierno y la primera parte de la primavera 2009, determinando un final tardío de la temporada de heladas y un retorno tardío de las precipitaciones.
No obstante, esta posible evolución mejora significativamente el potencial productivo de la cosecha gruesa 2009/2010, al posibilitar la ocurrencia de lluvias abundantes durante la segunda parte de la primavera 2009 y el verano 2010.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que los indicadores disponibles a la fecha no son del todo confiables, por lo que habrá que esperar algún tiempo antes de contar con una perspectiva firme.
De todos modos debe contemplarse la posibilidad de que se produzcan heladas tempranas y que se produzca un prolongado lapso otoño-invernal con precipitaciones escasas
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