El mundo en desarrollo agota sus reservas de agua a un ritmo alarmante, por este hecho, dos de cada tres personas sufrirán carencia de agua en los próximos años, a menos que se tomen medidas drásticas.
Según estudios, el aumento de la población, el mal manejo del agua, el uso indiscriminado de las reservas subterráneas y el calentamiento planetario se combinan para crear el espectro de millones de personas, las más pobres del planeta, ancladas en la marginalidad debido a la falta de agua.
El derretimiento de los hielos polares que está en marcha aumentará el agua de los océanos y causará la penetración de sal en las masas de agua fresca; mientras que, las inundaciones costeras se intensificarán y las islas del Pacífico podrían desaparecer del todo.
Sin ir muy lejos, en La Paz el 25% del agua potabilizada es derrochada lamentablemente por el mal uso; en El Alto, esta cantidad sube a 40%. Estas dramáticas cifras pudieran rebajar si se promovieran campañas de educación urbana y de cambio de malos hábitos en la población.
El impacto del descongelamiento de los nevados que hace un caudal de agua derretida, se va en un 90% directamente a los ríos y no tiene ningún uso o virtualmente se va a otros países.
Se nos acaba el agua: ¿qué podemos hacer?
El ser humano tiene acceso solamente al 0.25% de los recursos hídricos del planeta.
El agua es el principio de la vida en la Tierra, sin embargo, exceptuando aquellos habitantes que carecen de ella (¡aproximadamente 1.500 millones de personas!) el problema parece ser ajeno a la población.
El agua es un bien de alto valor económico, finito y muy vulnerable. Será el bien más preciado de este siglo. Es un recurso básico para el desarrollo estratégico de los países.
SITUACIÓN DESESPERANTE
El ser humano tiene acceso solamente al 0.25% de los recursos hídricos del planeta. El resto es agua salada, hielo, o aguas subterráneas profundas.
El consumo de agua se ha duplicado en los últimos 50 años. La contaminación, el aumento acelerado de la desertificación, la explotación irracional y los gigantescos incendios de los bosques, el monocultivo de miles de hectáreas como la amapola o la coca, el café o los viñedos y muchas otras, amenazan seriamente con producir una crisis respecto a este recurso.
ALERTA DE NACIONES UNIDAS
A cinco años de la conferencia de Río en 1992, en 1997, la Asamblea General de las Naciones Unidas determinó que, a pesar de las recomendaciones, la crisis relacionada con la escasez de agua va en aumento. Se planificó con urgencia una conferencia para elevar la preocupación sobre el futuro de los recursos mundiales de agua potable.
En agosto de 2002 se reunió en Johannesburgo una Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible que trató el tema de la desertificación. En 2003 en Japón se efectuó el III Foro Mundial del Agua.
En todos los casos, se consideró fundamental que la población en general se haga consciente del problema.
DÍA MUNDIAL DEL AGUA
Se ha declarado el 22 de marzo como el Día Mundial del Agua.
La Organización Meteorológica Mundial, pronosticó, que de seguir las cosas como van, en el presente siglo, habrá escasez de agua, suelos y fuentes cada vez más contaminados, inundaciones y sequías cada vez más graves.
Más aún, en foros recientes se ha llamado la atención sobre posibles guerras por el agua en los próximos años.
Mientras todo esto ocurre, se plantea en todo el mundo, bajo los lineamientos de varios organismos internacionales como el Fondo Monetario, la banca multilateral y otros, la necesidad de privatizar las empresas que manejan el agua, tanto para consumo humano directo, como para regadíos o generación de energía.
EMPRESAS PRIVADAS O BIEN PÚBLICO
El argumento fundamental a favor de la privatización se refiere a la supuesta mayor eficiencia administrativa de las empresas privadas y su mayor capacidad de inversión y modernización tecnológica.
El argumento a favor de mantenerla como bien público reposa en su condición de bien estratégico, y por lo tanto de propiedad de todos y no sólo de unos pocos.
La privatización ha tenido consecuencias de exclusión de los pobres por tarifas muy altas, y el deterioro del servicio, así como la falta de capacidad para proteger los ecosistemas que son fuente del agua.
La problemática del agua es, entonces, muy compleja, y fundamentalmente requiere que se genere una mayor participación de las comunidades para comprender las situaciones específicas de cada lugar, buscar soluciones con el compromiso de todos los ciudadanos, ponerlas en práctica y hacer todo lo necesario para proteger el bien más preciado para los seres vivos.
Foto: Archivo Programa Infoambiente
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