Pese a que la organización ecologista Greenpeace sostuvo que el alud de agua y barro de Tartagal -que arrasó casas y caminos y se llevó la vida de dos personas- fue a causa de los desmontes, especialistas de la provincia de Salta rechazaron dicha versión al sostener que en la región donde se produjo el desastre no existen desmontes ni actividad agrícola.
“Los que vivimos en Tartagal y todas las personas que han pasado por aquí con mirada honesta y sentido común saben que no hay desmonte al oeste de la ciudad de Tartagal. El río desciende de la Sierra de San Antonio alcanzando en esta porción norte de la cuenca pendientes de hasta 15º. El río cruza un monte en el que no hay actividad agrícola extensiva porque nadie sembraría en un tobogán. Y los ecologistas lo saben”, sostuvo Graciela Lena, directora de la empresa agropecuaria Desde el Sur S.A. en Clarín Rural.
Y recordó un dato más: “Las imágenes de la Presidente Cristina Kirchner sobrevolando el área muestran un monte tupido, compacto” (ver foto).
Es que esta respuesta tenía un fundamento.
Una organización ambientalista aseguró que el alud de barro y agua que arrasó viviendas y autos en la ciudad salteña de Tartagal es consecuencia directa de la destrucción de los bosques nativos.
El problema es que los bosques siguen estando en toda la zona donde hubo inundaciones.
Sin negar el impacto en el ecosistema, desde Salta, Lena apuntó más a la falta de obras de infraestructura y las perforaciones de empresas petroleras y no a la deforestación o la agricultura.
“Acá no importan las opiniones serias y mesuradas de los técnicos. La opinión científica no está entre los temas de interés de los activistas del fin del mundo. Esta voluntad demonizadora no tiene límites: cualquier desastre natural es una buena oportunidad para dar el alerta. Vergonzosamente se aprovecha la catástrofe para dibujar una historia falaz y distorsionada”, lanzó.
Es que Hernán Giardini, de Greenpeace había explicado que “la gran cantidad de desmontes para producir granos, realizados en los últimos años, en la zona cercana a Tartagal, son (sic) una de las principales causas de las inundaciones”.
¿Y las petroleras?
Pero desde los ecologistas salteños, hay otra perspectiva. La licenciada Norma Naharro, del Foro Salteño por la Tierra, indicó en esa zona se realizaron muchas picadas, que son caminos que abren las empresas petroleras. Se incumplieron las pautas técnicas ambientales”.
En ese sentido, Lena añadió: “La actividad agropecuaria (supuesta razón de que se desmontó hasta el borde del río) se ha desarrollado en la llanura, al menos 3 kilómetros aguas abajo de la zona del desastre y nada tiene que ver con este desgraciado suceso porque cualquier vinculación traicionaría la ley de la gravedad. Y los ecologistas también lo saben”.
O como diría Héctor Huergo en Clarín Rural: “Basta con echarle una miradita al Google Earth: Busque Tartagal y recorra toda el área. Va a descubrir que el aluvión que destruyó el puente ferroviario, al sudoeste de la ciudad, vino de un cerro ubicado al oeste. Los desmontes están en los llanos al Noreste y al Este, y no muy cerca de la ciudad. Están claramente aguas abajo, y por algo alguno de esos campos también se anegó con la oleada del río homónimo. Desde que Newton descubrió la gravedad, el agua va hacia abajo. Para que suba, hay que bombearla. Aquí vino un aluvión desde la montaña”.
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