El está en Tartagal, en la casa de su padre. Su esposa y sus dos hijas, en Salta, en la casa de la madre de ella, porque ya no tienen hogar.
El alud del lunes pasado se llevó la vivienda de material que con mucho sacrificio levantaron en esfuerzo compartido. Living, cocina, dos dormitorios y baño aparecen vacíos, porque lo que no arrastró el agua, sufrió el saqueo, como en otras casas que quedaron abandonadas.
Aquí, la depredación llegó al extremo de que desmantelaron totalmente, hasta las ruedas, el auto de un vecino que quedó enterrado en el lodo, al costado del río. Y fue necesario un gran esfuerzo para desarmar el vehículo para retirarlo, pero así lo hicieron.
Como la casa de José Vázquez, la tercera sobre calle Islas Malvinas, está a 200 metros del lecho del río, era impensable que la creciente llegara tan alto, pero el aluvión llegó desde la calle.
Justo el día anterior habían viajado a la capital salteña en su Corsa 2001. El trabaja en una clínica y empezaba sus vacaciones, y su esposa, Cecilia Cabanillas, en una sala de juegos. En Salta, él se enteró del desastre y volvió. No quiso que lo acompañara su familia, y poco queda de lo que fue su hogar.
Cecilia, desde Salta, se sorprendió cuando este cronista le comentó de la depredación de su casa. "Mi esposo es poco lo que me cuenta; debe de ser para no afligirme. Algo he visto en la tele, pero no mi casa. Mi hija María Josefina, de 9 años, llora mucho cuando escucha o ve lo de Tartagal. No voy a volver. No tengo casa, después de tantos años de trabajo", se lamentó, y agregó que teme por los riesgos sanitarios, sobre todo para sus hijitas.
En el lugar, dos retroexcavadoras van arrojando barro y tierra que traen de otros lugares y la calle comienza a aparecer.
En la cuadra, que fue visitada por la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y el intendente, Sergio Leavy, Beatriz Pérez comentó que les han llevado bolsones con alimento y agua. Pero clamó por la entrega de elementos de limpieza, como lavandina, jabones y trapos de piso, para ir normalizando la vida.
En una recorrida, LA NACION pudo observar un camión de Gendarmería Nacional con personal de la Secretaría de Abordaje Territorial y de Defensa Civil repartiendo packs de agua casa por casa, aunque no faltaban quienes se acercaban a retirar alguno. Angel Ruiz, llegado desde la capital salteña con otro personal provincial, explicó que el objetivo es llegar casa por casa porque, de lo contrario, las ayudas no llegan a quienes las necesitan, sino, muchas veces, a aprovechados.
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