Se calcula que durante el año 2008, el Estado nacional recibió en concepto de retenciones desde el sector rural, 8.000 millones de dólares, mientras que para este año, se estima que se recibirá alrededor de 6.500 millones de dólares, es decir, unos 1.500 millones menos.
Esta cuestión tiene una explicación clara y sencilla, y tiene que ver con la caída en las cosechas con respecto al año anterior, así como también a la incertidumbre que reina en el sector, que ante la falta de reglas de juego claras por parte del Ejecutivo, esperan mejores condiciones para invertir en el campo.
Se cree que en este año, se sembrarán en todo el país, 3.500.000 de hectáreas menos que en la campaña anterior, lo que repercutiría de lleno en la cantidad de toneladas menos que se van a producir, que estará alrededor de los 22 millones, una cifra muy grande para un
país eminentemente agroexportador como el nuestro.
Una realidad por demás complicada, que aumenta la tensión existente entre el Gobierno nacional y el sector rural, y que hace que la economía del país vaya en franca caída y con un futuro incierto, donde lo que predomina mayoritariamente es la incertidumbre.
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