El director nacional del Instituto Antártico, Mariano Mémolli dijo que se avanza en el trabajo conjunto con la Universidad de Quebec y el municipio de Comodoro Rivadavia, a los efectos de concretar en breve el proyecto del Observatorio del Golfo San Jorge. Persigue como finalidad contar con un espacio científico técnico para hacer un monitoreo ambiental de la cuenca marina.
El funcionario nacional indicó a la prensa comodorense, que en virtud de la creciente actividad en el Golfo San Jorge es que se decidió avanzar en este sentido desde el municipio de Comodoro Rivadavia, considerando sobre todo “el interés ambiental que tienen a raíz de la actividad ambiental del Golfo San Jorge y por eso decidieron crear un espacio científico técnico para hacer un monitoreo ambiental”.
Destacó que está trabajando el intendente Martín Buzzi y que se suma también la Universidad de Quebec, que tiene un amplio conocimiento respecto a lo que es monitoreo a través de boyas, indicó el titular del Instituto Antártico. La idea es trabajar en el alerta ambiental temprana ante una posible contaminación y destacó que a este equipo de trabajo se sumará también la Provincia y el Instituto Antártico.
“Nosotros colaboramos con el trabajo que tenemos en áreas protegidas, en contaminación marina y en gestión ambiental en la Antártida”, dijo Mémolli quien recordó que esa entidad lleva por lo menos 30 años trabajando en forma efectiva en la gestión ambiental de áreas marinas.
Política de estado
El funcionario también sostuvo que esta siempre ha sido una política de estado de Argentina y menciono que “acá tenemos científicos que han trabajado en biodiversidad y solución de derrames, como el doctor Mac Cormack que trabajó en la bioremediación del suelo, es un biólogo que encontró bacterias en la Antártida que degrada los hidrocarburos y humildemente colaboramos con lo que nos piden desde Comodoro”, subrayó el responsable de la entidad.
Respecto de la inversión que demandará este Observatorio, Mémolli dijo que desconoce los montos que se utilizarán pero observó que “uno tiene que pensar en términos de inversión, costo-beneficio, es decir cuanto cuesta para la actividad pesquera un gran derrame marino si no hay un alerta temprano y esto hay que verlo cuando se evalúan montos de inversión”.
También sostuvo que experiencias internacionales han dado cuenta de la importancia de estas inversiones y comento que “hay países grandes de altísimo presupuesto que dijeron que no invirtieron en protección ambiental y tuvieron accidentes petroleros que le produjeron catástrofes por eso hay que ver cual es el beneficio de hacer esta inversión para toda la industria”, opinó.
Ejemplificó que si chocan dos barcos es imposible tener una antelación sobre el hecho pero en cambio ha ocurrido en otras oportunidades que “ha habido pequeños derrames que no se detectaron y luego provocaron serio impacto ambiental y con esta experiencia la boya permitiría que ni bien tenga contacto con mililitros de contaminación, informe en tiempo real al centro de monitoreo de la región y se pueda actuar de forma inmediata en el lugar”.
Monitoreo e información
Mémolli también comentó que esta información que se transmite al instante, se puede monitorear en varios centros y por ende determinar cual es el estado real de contaminación del Golfo y qué medidas se pueden tomar frente a contaminantes , no solo hidrocarburos sino otros contaminantes. Lo que dice Mémolli es que con la boya el contaminante que se detecte “aparecería inmediatamente”, de allí la importancia de contar “con una herramienta de gestión importantísima para el correcto estado ambiental y la salud de los océanos”.
Lo cierto es que en Argentina no hay ningún observatorio de estas características y es innovador, de allí que se está comentando en otros niveles gubernamentales esta experiencia como para tomar el ejemplo de Comodoro Rivadavia y aplicarlo en otras áreas, adelantó el director del Instituto Antártico. |
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