Los casos de dengue se multiplican en Tartagal, la localidad salteña que sufrió un alud de agua y barro hace una semana. Ya se confirmaron 12 pacientes afectados y las lluvias anunciadas por el Servicio Meteorológico Nacional para los próximos días podrían agravar la situación. La gente, que se mantiene en su casa a pesar de las recomendaciones de abandonarla, corre peligro de contraer la enfermedad.
El doctor Armando Figueroa, director del hospital Juan Domingo Perón, explicó: “El tema dengue lo estamos trabajando con máxima intensidad porque al quedar depositada el agua en la chatarra pueden aparecer los mosquitos. Ya tuvimos doce casos de dengue, aunque seguramente aumentarán porque, además de lo que pasó, estamos al lado de Bolivia que cuenta con más de 50 mil casos. Aquella gente que se mantiene en su casa, por el miedo a perder sus pertenencias, puede enfermarse del virus”. Figueroa detalló que se encuentran trabajando en dos frentes: con los evacuados y con los que permanecen en sus hogares y tienen el apoyo del Gobierno que manda médicos de refuerzo. “La situación sanitaria empeorará cuando baje el agua. En ese momento aparecerán los problemas bronquiales, las diarreas, las infecciones de piel y las heridas cortantes.”
El Servicio Meteorológico Nacional pronosticó una semana con cielo parcialmente nublado, con probabilidades de lluvia hacia el martes y miércoles. “Las lluvias demoran la reconstrucción de la ciudad”, explicó ayer el intendente de la ciudad salteña, Sergio Leavy, a partir de las precipitaciones que se dieron el sábado por la noche. En la zona del desastre climático, dos personas continúan desaparecidas y 760 evacuadas.
Claudio Domenichi, segundo jefe a cargo de la agrupación séptima de Gendarmería, indicó: “Nuestra área está trabajando en conjunto con el Ministerio de Desarrollo y con el Ejército para la distribución de agua, alimentos y ropa. Los equipos de emergencias trabajan las 24 horas. La gente está tranquila en líneas generales, el sistema está funcionando y la ayuda está llegando”. Para el doctor Figueroa, sin embargo, “sería positivo cambiar el perfil de ayuda para que la gente pueda recibir colchones y frazadas. También se necesitan antibióticos, leche maternizada, antiinflamatorios y medicamentos para los bronquios”.
El buen clima que se registró ayer permitió continuar con las tareas de extracción de lodo y escombros en las zonas afectadas por el alud, mientras que se intensificó la distribución de mercadería a los damnificados. Desde la intendencia precisaron que la Municipalidad no va a participar en la entrega de mercaderías “para descartar cualquier especulación política”. Toneladas de árboles y ramas fueron cargadas en camiones, aunque se necesitarán de varias semanas más para culminar la tarea. Los especialistas señalaron que la mayoría de los troncos arrastrados por el río tenían marcas de haber sido previamente talados, lo que avala la teoría de que el desastre natural fue provocado por los desmontes.
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