Los estudios ecológicos realizados por la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) determinaron que no fueron agentes biológicos los causantes de la mortandad de tres mil peces ocurrida hace un mes en el lago Villa Dálcar. "Las características observadas coinciden con cuadros producidos por sustancias tóxicas presentes en el agua", concluyó el estudio.
Además, se aguardan los análisis de la Agencia Córdoba Ambiente para saber si se trató de pesticidas, fertilizantes o materiales pesados.
Fueron afectadas 10 de las 14 especies existentes en ese espejo de agua, muchas de las cuales son capturadas para consumo humano. Las más perjudicadas fueron las de menor tamaño, como mojarras y mojarritas, aunque también resultaron alcanzadas carpas de gran porte, bagres, palometas, dientudos, entre otros.
Los estudios parasitológicos y micológicos dieron negativo. "Colectamos peces vivos y moribundos y los analizamos en la UNRC para ver si había lesiones, parásitos, agentes micóticos u hongos, y no encontramos nada de eso", dijo el biólogo Miguel Mancini, quien además midió variables de calidad del agua. "Si bien el oxígeno del fondo es bajo, el PH elevado, eso no fue el origen de la mortandad. El fenómeno responde a un cuadro agudo de presencia de tóxicos", agregó.
"Muy pocos peces exhibían alteraciones en la locomoción y signos de letargia. En la inspección y la necropsia no exhibían signos de enfermedades bacterianas y su condición corporal era normal. Los peces muertos se ubicaban en cercanía del vertedero", dijo.
Esto último abona la tesis sobre la contaminación, al igual que los testimonios sobre el color rojizo del agua que ingresaba al lago después de la lluvia del 18 de enero, cuando murieron estos peces. Mancini recordó que en los últimos 18 meses hubo otras dos mortandades. Y enfatizó: "Esto permite suponer el ingreso de elementos polucionantes, más allá de fertilizantes o abonos. En menos de 48 horas se produjeron las tres mil muertes. Anteriormente, las causas de muerte habían sido la calidad del agua asociada a la presencia de agentes parasitarios. Por esos factores, las muertes son paulatinas, no abruptas, como en este caso".
El docente de Acuicultura dijo que no se han hecho análisis para determinar si los peces son aptos para el consumo humano. "Sería saludable ver si hay residuos de contaminantes en la carne", sostuvo.
"Los riesgos se potencian en verano por acción de la temperatura, que conlleva una serie de mecanismos ligados con el oxígeno disuelto, la presencia de nitritos y nitratos. Llama la atención el descuido ambiental. Hay falta de manejo del lago. No nos han convocado desde ámbitos oficiales, ni nos han pedido los resultados", se quejó.
Estos estudios serán entregados al Club El Malón y a la vecinal Villa Dálcar. Recientemente realizaron muestreos durante 12 meses para estudiar la calidad del agua y la diversidad de la fauna íctica. Y hace siete años sembraron unas 500 carpas para el control biológico de malezas acuáticas, las cuales alcanzan un metro de largo y llegan a pesar hasta 20 kilos.