A cinco kilómetros de la vereda Imbilí, lejos del cauce furioso del río Mira, Francisco Quiñones se lamenta de que la creciente súbita del pasado lunes escasamente dejó en pie la plancha de cemento que empezaba a levantarse para ampliar la casa de madera que por años fue su hogar y el de su mujer, Gabriela de Jesús.
El abuelo de 83 años, quien asegura que no puede tener ningún susto porque sufre de hipertensión, fue a parar con su compañera a la sede de Corpoica, en la vereda Tangarial de Tumaco, uno de los seis albergues en cercanías al perímetro urbano de Tumaco, donde son atendidos cientos de damnificados que han llegado de las veredas La Playa, Candelilla, Guimbilí, Imbilí y Peña Colorada.
"Eso fue horrible. A las 6:00 de la mañana empezó a crecer el río y a las 12:00 ya estábamos bajo agua. Muchos casas de vecinos se vinieron a bajo", recordó Francisco, quien reconoció que si no fuera porque en ese momento un sobrino y un nieto pasaron a visitarlos no estarían vivos. "Rompieron el techo y por ahí salimos todos", dijo.
Alonso Arismendi, otro afectado de Imbilí, a quien la creciente lo sorprendió al otro lado del río en los plantíos de palma, relató que su casa quedó debajo de la de su vecino. "Por fortuna en Imbilí no murió nadie. Todos perdimos nuestras pertenencias, pero quedamos vivos", dijo.
Según pobladores de Imbilí, si no fuera porque algunos pescadores en sus canoas desafiaron la corriente y rescataron a quienes estaban en sus casas, la tragedia sería peor. Hasta ahora los organismos de socorro de Nariño hablan de al menos ocho muertos y 22 personas desaparecidas en poblaciones asentadas a orillas del Mira.
Ayer, hacia el medio día dos aviones Hércules, con capacidad cada uno de 10 toneladas, llegaron a Tumaco para distribuir las primeras ayudas a más de 6.000 familias damnificadas, unas 20.000 personas, por efectos del desbordamiento.
El gobernador de Nariño, Antonio Navarro Wolff, lanzó un SOS al Gobierno Nacional y le solicitó la declaratoria de la calamidad pública y social del departamento.
"Estamos en un escenario muy delicado, pues además del tema invernal, continúa presente el riesgo por los niveles de actividad del volcán Galeras y la situación humanitaria que padece el pueblo indígena Awá", dijo el mandatario.
"Está inundada toda la ribera del río Mira, las aguas alcanzaron los pueblos ubicados en la carretera que de Tumaco conduce a Pasto", reveló el secretario de Planeación de Nariño, Raúl Delgado Guerrero, quien confirmó que el río sobrepasó la altura del puente en el sector de Aguaclara, lo que impide el tránsito entre la cabecera municipal y la zona rural afectada.
El acceso a Tumaco solo se puede realizar por vía aérea pues en la vía desde Pasto hay varios derrumbes y caída de banca que impiden el paso de vehículos
Además, como el río Mira abastece el acueducto, la ciudad está sin suministro de agua y energía.
Henry Palacios, director de socorro de la Cruz Roja Colombiana seccional Nariño, informó que la recepción de las ayudas a los damnificados por la ola invernal se atiende en la sede del organismo de socorro en Pasto.
"Estamos recibiendo alimentos no perecederos, mercados, kits de aseo y enseres", declaró.
La directora regional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Cecilia Chamorro, dijo que les han reportado que hay 700 niños en inminente peligro y riesgo.
"Nosotros hemos pedido apoyo a las unidades móviles del Valle y Putumayo porque el recurso humano en este momento es insuficiente, toda vez que estamos brindando atención a la comunidad indígena Awá desplazada en El Diviso, entonces queremos fortalecer el centro zonal de Tumaco", dijo.
Invierno afecta varias vías
Pero no solo Tumaco se ha visto afectada por el recrudecimiento del invierno. No hay comunicación entre Pasto y Buesaco, tras la caída de 800 metros de la banca de la vía se perdió y más adelante en el tramo El Empate-Higuerones, la caída de un puente sobre el río Quiña, obligó a buscar una vía alterna para evitar que 14 municipios del norte del departamento queden aislados.
El 40 por ciento de la red vial secundaria está fuera de servicio.
Los estragos del invierno se extendieron a Barbacoas, donde la creciente del río Telembí deja hasta ahora 350 familias afectadas, dos casas completamente destruidas y 35 averiadas.
Entre tanto, en el norte del Cauca, las autoridades reportaron que las crecientes de los ríos Desbaratado, Guengüe y La Paila, obligaron la salida de varias familias asentadas en las riberas de esos cauces en los municipios de Miranda y Corinto.
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